Diez jóvenes guacamayas rojas fueron liberadas esta semana en la selva maya de Laguna del Tigre, en el extremo norte de Guatemala, tras ser criadas por biólogos de la organización internacional Wildlife Conservation Society (WCS), donde desde hace dos décadas se trabaja por la conservación de esta emblemática especie en peligro de extinción.

Un guardabosques del campamento de conservación de guacamayas rojas (Ara macao cyanoptera) abrió el pasado 5 de septiembre la jaula de crianza de diez ejemplares crecidos en cautiverio para que continúen la vida en su hábitat, en un intento de revitalizar una especie castigada por el mercado ilegal y el deterioro del bosque por incendios provocados.

Lentamente las aves comenzaron a elevar su primer vuelo entre los árboles, mientras se comunicaban con fuertes graznidos que hacían eco en la selva.

Sin alejarse demasiado del que ha sido su hogar durante los últimos meses, las guacamayas exploraron el área y por su inexperiencia y bajo peso algunas resbalaban ligeramente al intentar posarse en los troncos o ramas de los árboles.

Estas coloridas aves, que pueden medir hasta 97 centímetros, fueron liberadas en el parque nacional de Laguna del Tigre, unas de las zonas de biodiversidad más importantes de la región, ubicado en el noroeste del departamento (provincia) del Petén, fronterizo con México.

“Estas guacamayas crecieron en nidos artificiales, después de haber sido encontradas enfermas o en condiciones de peligro, con bajo peso. Son atendidas en incubadoras en el laboratorio y alimentadas durante más de 100 días hasta que están listas para ser liberadas”, explicó a EFE el biólogo Rony García.

García dirige desde 2009 el departamento de investigaciones de la WCS, que desde 2002 trabaja con las autoridades gubernamentales de Guatemala e instituciones privadas para la conservación de esta especie.

El biólogo indica que las aves liberadas nacieron en su mayoría en marzo de este año, tras la época reproductiva que sucede entre noviembre y diciembre, y asegura que en los alrededores del campamento existen nidos naturales donde monitorean a los pichones.

Desde 2022, este campamento dedicado al monitoreo, crianza y conservación de las guacamayas es financiado por la multinacional Grupo AJE que se encarga de garantizar las instalaciones, así como la posibilidad de contar con personal permanente.

Una selva deteriorada y una especie bajo amenaza

La liberación de guacamayas este año se da en un contexto complicado, después de que la Laguna del Tigre sufriera la quema de más de 20,000 hectáreas de bosque y humedales por los más de 100 incendios, la mayoría provocados, registrados entre abril y junio pasados, según el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP).

Debido a esta situación, el biólogo García explica que las guacamayas liberadas tendrán problemas para encontrar semillas y frutas por la quema de muchos de los árboles que les ofrecen alimento.

“Vamos a tener que atender a las guacamayas ya liberadas con alimento de un periodo más largo de lo acostumbrado porque muchas áreas de alimentación se quemaron”, explica García.

“Toda esta área estaba destinada a perderse, todo esto estuvo cerca de desaparecer”, alertó el experto, y aseguró que gracias al esfuerzo de los bomberos forestales y el personal de las organizaciones que laboran en el área se logró generar brechas corta fuego que impidieron el paso del fuego al campamento donde se criaron las guacamayas ahora liberadas.

De acuerdo con datos oficiales, en 2022 se estimaba que existían 300 guacamayas rojas en libertad en Laguna del Tigre y bajo amenaza del mercado ilegal, que se dedica a tomar los huevos o pichones de los nidos para vender las aves hasta en 4,000 dólares.

Las guacamayas liberadas esta semana se incorporarán paulatinamente a la vida en Laguna del Tigre y se espera que después de la época reproductiva migren más de 190 kilómetros hacia el norte, en terreno mexicano, para luego volver.