El diario Vatican News informó que las seis religiosas de la Congregación Santa Ana y sus dos acompañantes, secuestrados el pasado viernes en la ciudad de Puerto Príncipe en Haití, fueron liberadas.

La información fue confirmada por el arzobispo metropolitano de Puerto Príncipe, Max Leroys Mesidor, presidente de la Conferencia Episcopal local. La liberación de las monjas se produjo luego de la alocución del papa Francisco, el pasado domingo, en el que solicitó que fuesen dejadas en libertad.

“¡Damos gracias a Dios! Gracias por vuestro apoyo”, dijo Mexidor a los medios vaticanos tras dar a conocer la información.

El domingo pasado, durante el Ángelus, Francisco hizo un “sentido” llamamiento desde la ventana del Palacio Apostólico por la liberación de las seis religiosas y por los dramas que vive la isla: “Rezo por la armonía social en el país y hago un llamamiento a todos para que se ponga fin a la violencia que tanto sufrimiento está causando a esa querida población”, dijo el Pontífice.

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LAS PALABRAS DE MONSEÑOR DUMAS

A la sentida petición del Papa siguió la de monseñor Pierre-André Dumas, obispo de Anse-à-Veau-Miragoâne y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, quien, a través de los micrófonos de Radio Vaticana, se ofreció como rehén a cambio de las monjas. “Secuestrar a mujeres que dedican su vida a salvar a los pobres y a los jóvenes es un gesto que verá el juicio de Dios”, añadió el prelado, estigmatizando el secuestro, que se une a los numerosos episodios de violencia que hieren la faz del país.

En una nota difundida hoy, Dumas también dio gracias al Señor por la liberación de los ocho rehenes: “Este acontecimiento traumático -escribió- ha puesto una vez más a prueba nuestra fe, pero ésta permanece inquebrantable. Hemos ‘clamado’ a Dios, continúa, y ‘Él nos ha hecho fuertes en nuestras pruebas y ha devuelto a nuestros cautivos a la libertad. Ha convertido los corazones endurecidos y liberará a Haití de todo mal, para que todos sus hijos conozcan la alegría de una libertad inestimable”. La Iglesia sigue comprometida con el advenimiento de una era de justicia y de paz en Haití”.

La Iglesia católica haitiana celebró ayer una jornada de oración, meditación y adoración eucarística por las monjas y todos los secuestrados. “¡Que dejen de pisotear la dignidad inalienable de los hijos de Dios!”, escribían en una nota conjunta el arzobispo Mesidor y el padre Morachel Bonhomme, presidente de la Conferencia de Religiosos de Haití, invitando a todos los fieles haitianos a “organizar una cadena de oraciones incesantes” por la liberación de los secuestrados. Hoy, pues, la buena noticia de la liberación.