Violet Jessop escuchó varias veces la orden de “Suban a los botes salvavidas” cuando las embarcaciones en las que viajaba sufrieron desastres en alta mar. Esta mujer, nacida en Argentina, sobrevivió al hundimiento de tres de los naufragios más famosos de la historia: el Titanic, el Olympic y el Britannic.

Su primer viaje fue abordo del transatlántico Olympic

Jessop nació el 2 de octubre de 1887, en Bahía Blanca, una ciudad argentina ubicada en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Sus padres, William y Katherine, huyeron de Irlanda en busca de mejores oportunidades y, al estar en Sudamérica, se dedicaron a la cría de ovejas.

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Ella era la mayor de 9 hermanos. En 1903, la mujer sufrió la pérdida de su padre, cuando tenía 16 años. Ante este fallecimiento tomaron la decisión de irse a Inglaterra.

Desde allá, su madre, Katherine, se hizo camarera a bordo de los barcos de vapor de la Royal Mail Line que cruzaban el Atlántico. No obstante, ella enfermó, y Violet Jessop, de 21 años, en ese entonces, se convirtió en el único sustento de la familia.

De acuerdo con registros obtenidos por ‘BBC’ y ‘National Geographic’, a pesar de que era muy joven, ella se enroló en el mundo de la navegación, porque era considerada como una persona agradable e inteligente. Ella hablaba con facilidad inglés, español y francés.

En 1911, consiguió trabajar con el transatlántico Olympic, un barco que fue alagado en su época por ser el más grande.Este fue operado por la White Star Line.

Ella era camarera del lugar, pero su viaje cambió un 20 de septiembre, cuando el navío chocó contra el buque de guerra HMS Hawke frente a las costas de Inglaterra.

A pesar de los severos daños, por debajo de la línea de flotación, el casco perforado y la ruptura de una hélice, logró mantenerse. Este momento fue uno de los tres primeros en los que logró salvarse y le dio el apodo de ‘Miss insumergible’.

Meses después hizo parte de la tripulación del Titanic

De acuerdo con sus memorias en el libro ‘Titanic Survivor: Las memorias de Violet Jessop’, ella fue una mujer que se apoyaba en su fe inquebrantable y, a pesar de su primera experiencia “traumática”, tenía que sostener a su familia.

“Sencillamente, necesitaba el trabajo, y la vida en el mar era lo único que conocía”, dijo Simon Mills, autor a ‘National Geographic’.

Ese mismo 1911, después de pasar unos meses de lo ocurrido con el transatlántico Olympic, ella se sumergió a un nuevo trabajo y llegó a las filas del Titanic con sus dos conocimientos: camarera y enfermera.

Sin embargo, luego de cuatro días en el mar, sobre las 11:40 p.m. de aquella terrible noche, el navío chocó con un iceberg e incumplió la promesa de sus creadores que decía que “ni Dios podría hundir este barco”.

Ese día, Violet Jessop se encontraba en su cuarto y terminaba sus oraciones cuando un sonido bajo, desgarrador y crujiente la interrumpió.

A pesar del miedo que le invadió, nuevamente la vida le demostró que su momento de morir todavía no era. Luego de tres horas, ella logró acceder a uno de los barcos salvavidas y convertirse en esas 700 personas que se salvaron del naufragio más popular de la historia y del cine.

Una tercera vez y se salvó milagrosamente

Tras esta experiencia se alistó otra vez como enfermera y tuvo la oportunidad de servir en el mar a bordo del Britannic.

Esta rara coincidencia volvió a tomar la vida de Violet Jessop. El conocido naufragio Britannic se hundió el 21 de noviembre de 1916 . De acuerdo con medios internaciones, este buque chocó contra una mina cerca de la isla griega de Kea.

Para esta ocasión, ella saltó al mar, para salvar su vida, pero sufrió una severa fractura de cráneo y un corte profundo en una pierna. A pesar de estas situaciones, trabajó por más años en los barcos hasta su fallecimiento, a los 83 años, en Inglaterra.