La OMS recela de la vacunación obligatoria
Por lo contrario, hizo un llamado a impulsar medidas para estabilizar la pandemia.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) receló la idoneidad de obligar a vacunarse contra el coronavirus, que considera un “último recurso”, e hizo una llamada a impulsar medidas para estabilizar la pandemia.
“La obligación respecto a la vacuna es un absoluto último recurso y solo aplicable cuando todas las opciones viables para mejorar los índices de vacunación se hayan agotado”, afirmó hoy, martes, en una rueda de prensa el director de OMS-Europa, Hans Kluge.
Aunque la coerción se ha mostrado eficaz en algunos casos, está muy ligada al contexto específico, sostuvo Kluge, que avisó del efecto que podría tener en la confianza de la población y se mostró partidario de hacer “todo lo posible” para convencer a la gente.
Asimismo, apeló a ser “muy prudentes” antes de adoptar medidas discriminatorias contra los no vacunados, que podrían aumentar las tensiones internas y afectar a la salud mental, si bien reconoció que se trata de decisiones de cada país.
“Tenemos herramientas que permiten proteger nuestra vida y la vida diaria, depende de cómo y cuándo aplicarlas. Adoptar medidas de último recurso como confinamientos o intervenciones discriminatorias se debe a que no se han usado las herramientas de modo apropiado”, dijo la responsable de Emergencias de OMS-Europa, Catherine Smallwood.
Kluge cree necesario pasar de una estrategia de “reacción” a otra estabilizadora, basada en varios puntos: impulsar la vacunación, administrar la dosis de refuerzo, duplicar el uso de mascarillas en interiores, ventilar los espacios concurridos, aumentar el número de test y adoptar rigurosos protocolos para casos severos.
Mascarillas y ventilación en las aulas
OMS-Europa defendió también la necesidad de crear ambientes seguros en las escuelas para evitar el cierre de centros y la educación a distancia, ya que la incidencia de nuevos casos en niños de 5 a 11 años es dos o tres veces mayor que en otros grupos de edades.
Por ello, consideró que el uso de mascarillas, la ventilación y hacerse test de forma regular deberían ser “estándares” en todas las escuelas primarias y la vacunación de niños debería ser “discutida y considerada” a nivel nacional.
“La vacunación de los niños más jóvenes no solo reduce su papel en la transmisión de COVID-19, sino también los protege de casos severos asociados con de larga duración o con síndromes inflamatorios multisistemáticos”, dijo Kluge.
En el último mes, 120,000 personas más han muerto por coronavirus en la región, formada por 53 países de Europa y Asia Central y que ha alcanzado los 10 millones de casos: a finales de esta semana, una de cada diez personas habrá estado infectada con el virus.
La cifra acumulada de muertos por coronavirus superó el millón y medio hace dos semanas y el número de fallecidos se ha situado en “una meseta elevada”, con cerca de 4,100 muertos al día (el doble que a finales de septiembre), aunque “significativamente” por debajo de picos anteriores, lo que la OMS explica por la vacunación.
Una investigación reciente elaborada por la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) revela que al menos 469,186 vidas se han salvado en la región entre diciembre de 2020 y noviembre de 2021 gracias a las vacunas.
Prudencia con Ómicron
Kluge señaló que la nueva variante Ómicron está creciendo y hay que estar “preocupados” y ser “prudentes”, porque faltan datos y es “demasiado pronto” para hacer recomendaciones concretas, de ahí que sea necesario mantener la cabeza “fría”.
“El problema ahora es delta y cualquier éxito contra delta hoy es una ganancia respecto a Ómicron para mañana”, afirmó Kluge, insistiendo en que se trata de estabilizar la pandemia y que eso no afecta a una sola variante, sino a “todas a la vez”.
El director de OMS-Europa elogió a países como Sudáfrica por su transparencia al compartir datos sobre nuevas variantes, criticó las restricciones de vuelos procedentes de África y llamó a la solidaridad internacional porque el COVID-19 es “un problema global que solo se puede resolver de forma global”.
“Las prohibiciones de viajes pueden ser fácilmente accesibles en términos políticos, pero no son efectivas para frenar la transmisión de la enfermedad”, dijo Smallwood, que además las calificó de “injustas”.