Fátima. La Iglesia católica portuguesa no va a apartar, por ahora, a los sacerdotes sospechosos de haber abusado sexualmente de menores que siguen en activo y dará los nombres a las diócesis para que estudien los casos y actúen según las “normas civiles y canónicas”.

“No podemos apartar de un ministerio a alguien solo porque viene una persona diciendo que es un abusador”, dijo hoy el presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), José Ornelas, en una rueda de prensa en Fátima, tras la asamblea que reunió a los obispos para estudiar medidas sobre los abusos a menores.

Los obispos se reunieron para analizar el informe elaborado por la comisión de expertos que investigó 70 años de abusos, en el que estima que al menos hay 4,800 víctimas, y que entregó este viernes a la CEP una lista con cien sospechosos de abusos en activo.