Durante el siglo XIX, varios países experimentaron la “fiebre del oro”, lo que causó que miles de personas arriesgaran sus vidas para trabajar en minas peligrosas con la esperanza de hacerse ricos. Australia fue uno de los principales focos de esta fiebre, destacándose con el hallazgo de la pepita de oro más grande del mundo.

Este descubrimiento ocurrió el 5 de febrero de 1869 en los yacimientos de oro de Victoria, Australia, específicamente en la región de Moliagul. Un día, los mineros John Deason y Richard Oates vieron una gran roca brillante que estaba incrustada en cuarzo, en la cuesta llamada Bulldog Gully.

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Cuando la sacaron, vieron que era una pepa de oro que pesaba casi 160 libras (72 kilogramos) y medía cerca de 24 pulgadas (60 centímetros) de largo, a la cual decidieron llamarla “Welcome Stranger”. Los hombres sabían que se iban a volver ricos y, para facilitar su peso y venta, la pepita fue partida en pedazos.

En ese entonces, John Deason y Richard Oates, recibieron 13,000 dólares por el oro, una suma considerable para la época. Si se vendiera hoy, valdría aproximadamente 2.7 millones de dólares.

Según el medio “La Nación”, Deason y Oates eran inmigrantes de Inglaterra y llegaron a Australia en 1853 y 1854, respectivamente. Se mudaron a Moliagul en 1862 y trabajaron en las minas durante siete años antes de su gran descubrimiento.

En un día normal de trabajo encontraron la pepa de Oro, la cual la llevaron a Dunolly, a 12 millas (20 kilómetros), para verificar su peso.

Gracias al descubrimiento de Welcome Stranger en esa ciudad desencadenó un auge inmobiliario y comercial. Sin embargo, cuando cesaron los descubrimientos de piedras preciosas, muchos edificios quedaron abandonados. Hoy en día, Moliagul exhibe una réplica de la pepita basada en los dibujos y relatos de la época y un monumento marca el lugar del descubrimiento, atrayendo a turistas y entusiastas del oro.

Tiempo después, en el 2019, se conmemoraron 150 años del hallazgo en Cornualles, con la participación de los descendientes de Deason y Oates. Suzie Deason.

Una de las organizadoras, relató que frecuentemente le preguntan si es rica debido a su apellido. “Lamentablemente, no lo soy y ni siquiera tenemos joyas hechas con la piedra”, comentó a la BBC.

Según el mismo medio, actualmente, Moliagul ha cambiado drásticamente, convirtiéndose en una tranquila comunidad ganadera sin tiendas ni hoteles, y con solo unas pocas casas. A pesar de ello, sigue atrayendo a buscadores de oro, interesados en la región conocida como el Triángulo de Oro.

Sin embargo, la historia de Welcome Stranger mantiene viva la atracción por la zona. “La gente viene hasta aquí a probar suerte y pasa días y días tratando de encontrar su fortuna. Aún quedan pepitas de un tamaño considerable por aquí, pero nada como Welcome Stranger”, explicó Deason.

Por último, Deason aseguró que “Lo llamamos fiebre del oro. Es una enfermedad, una adicción a buscar oro”, pues todavía esta fiebre sigue viva en el corazón de aquellos que aún se aventuran en busca de tesoros en Moliagul.