Julian Assange cuestiona las promesas de Estados Unidos sobre su trato en prisión
El tribunal londinense concluirá hoy su análisis del recurso presentado por EE.UU. contra un fallo del 4 de enero que denegó la extradición del australiano por riesgo de suicidio.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Londres. La defensa de Julian Assange cuestionó este jueves “la fiabilidad” de las garantías ofrecidas por Estados Unidos sobre su trato en prisión si es extraditado a ese país, que quiere juzgarle por las revelaciones de su portal WikiLeaks, en la segunda vista ante el Tribunal Superior de Londres de un recurso interpuesto por Washington.
El abogado de Assange, Edward Fitzgerald, sostuvo que las cuatro “garantías diplomáticas” planteadas el miércoles por el fiscal James Lewis, en representación de la Justicia estadounidense, “llegan tarde” y están formuladas de una manera tan “vaga, matizada o simplemente inefectiva” que no aseguran que su cliente, que sufre depresión y otras dolencias, recibiera el tratamiento adecuado.
El tribunal londinense concluirá hoy su análisis del recurso presentado por EE.UU. contra un fallo del 4 de enero que denegó la extradición del australiano por riesgo de suicidio, si bien el dictamen no se espera hasta dentro de unas semanas.
Al exponer ayer las bases de su recurso, Lewis sostuvo que la jueza de primera instancia Vanessa Baraitser “erró” en su interpretación del artículo 91 de la ley británica de extradición de 2003 (que permite rechazar la entrega si la salud mental del procesado es tan mala que sería “injusto y opresivo” autorizarla); puso en duda el testimonio para la defensa sobre el estado de Assange del psiquiatra Michael Kopelman y criticó que la magistrada no pidiera entonces salvaguardas sobre el régimen penitenciario que se aplicaría.
Ofreció entonces cuatro garantías, que la defensa considera que “pudo haber planteado en enero” por iniciativa propia.
Así, según Lewis, el programador informático y activista de internet no sería sometido, en el caso de ser extraditado, a “medidas administrativas especiales” (SAM, en inglés), como tener vetadas las visitas o la correspondencia, ni antes del juicio ni si fuera condenado, ni ingresaría en la cárcel ADX Florence de súper máxima seguridad en Colorado, a no ser que -matizó- posteriormente hiciera algo para merecerlo.
Además, Washington promete que, mientras estuviera bajo custodia, Assange recibiría el tratamiento psicológico adecuado y, en caso de condena, podría cumplirla en su país natal de Australia.
Fitzgerald rebatió este jueves que “nada de esto impide” que su cliente sea detenido en un perjudicial régimen de aislamiento o ingrese en otra prisión restrictiva de las muchas que hay en EE.UU., o que Washington “cambie de opinión” respecto a las SAM.
Dudó además de que la oferta de tratamiento médico sea suficiente -vistos los intentos de suicidio de presos en situación similar- y señaló que una posible transferencia a Australia se produciría al final de un largo proceso legal y podría ser eventualmente rechazada tanto por el departamento de Justicia estadounidense como por el australiano.
El abogado defendió que Baraitser aplicó “escrupulosamente” la ley extraditoria al juzgar que el trastorno depresivo, junto con el síndrome de Asperger, que sufre Assange hacen que sea “muy probable” que trate de suicidarse si es extraditado a EE.UU., “al margen de las medidas que se tomen” para impedirlo.
También reivindicó el testimonio de Kopelman, al que el fiscal acusó de “engañar” a la jueza al no mencionar en el primero de dos informes que el acusado había formado una relación y tenido dos hijos con Stella Moris mientras estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres.
Fitzgerald explicó que Baraitser “aceptó la explicación” del psiquiatra de que inicialmente omitió a Moris para “proteger su privacidad” cuando su vínculo aún no era conocido y todos temían por su seguridad.