El huracán John avanzaba el lunes hacia la costa sur de México después de intensificarse rápidamente sobre el océano Pacífico oriental, sorprendiendo a las autoridades que exhortaron a los residentes de algunas zonas costeras a resguardarse.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés) informó que John se había “fortalecido rápidamente” hasta convertirse en huracán con vientos máximos sostenidos de 105 millas por hora. La tormenta se encontraba a 30 millas al sur de Punta Maldonado y se desplazaba hacia el norte a 8 mph.

John se convirtió en un huracán de categoría 2 el lunes por la tarde pero, según los pronósticos, se seguirá fortaleciendo durante la noche del lunes y el martes. La trayectoria pronosticada del meteoro siguió cambiando al grado que se desconoce el punto en que tocará tierra.

El NHC indicó que la tormenta podría provocar peligrosos vientos y marejadas ciclónicas, así como inundaciones repentinas en la costa del Pacífico cerca de Oaxaca, donde se encuentran varias localidades turísticas.

El inesperado fortalecimiento tomó desprevenidos a científicos, autoridades y residentes de la zona, algo que el meteorólogo Matt Benz atribuyó a una mayor temperatura en la superficie oceánica, la cual contribuye a que los huracanes adquieran una mayor fuerza.

En consecuencia, el incremento repentino en la intensidad de estos fenómenos se ha vuelto cada vez más común, señaló.

“Estas son tormentas que realmente no hemos experimentado antes”, declaró. “La intensificación rápida ha ocurrido con mayor frecuencia en la época moderna, en comparación con los registros históricos. Esto nos indica que algo está pasando allí”.

La situación era de tensión el lunes en las ciudades de la costa de Oaxaca poco después del anuncio, mientras los residentes y los negocios se preparaban para la llegada de la tormenta. Las autoridades parecían estar respondiendo rápidamente al cambio en el pronóstico.

Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, les dijo a los residentes de ciudades costeras que debían evacuar sus viviendas y dirigirse a los albergues para “resguardar tu vida y la de tus familiares”.

“Es muy importante que todos los ciudadanos en la zona costera … tomen medidas preventivas”, manifestó Velázquez.

Ana Aldai, de 33 años y trabajadora en un restaurante de la localidad turística de Puerto Escondido, dijo que los negocios de la zona comenzaron a cerrar después de que las autoridades ordenaron la suspensión de todas las actividades en las principales playas del área.

Luego de que las autoridades se reunieron el lunes por la tarde para planear su respuesta, los gobiernos de los estados de Guerrero y Oaxaca anunciaron que las clases del martes serán suspendidas en diversas zonas costeras.

Videos publicados en redes sociales desde Puerto Escondido mostraban a turistas en sandalias caminando bajo intensas lluvias y a pescadores que sacaban sus botes del agua. Las fuertes lluvias de los días anteriores ya habían dejado varios caminos de la región en mal estado.

Aldai dijo que estaba “un poquito angustiada” porque el aviso de las autoridades “fue de un momento a otro”.

“No hubo la oportunidad de hacer las compras necesarias. Eso también nos angustia un poco”, agregó.

Benz expresó su preocupación de que la tormenta pudiera reducir su paso una vez que toque tierra y se quede estática sobre la zona costera, lo que podría causar aún más daños.

La presencia del meteoro es una mala noticia para la región, que el año pasado sufrió graves daños por un huracán que también se intensificó de forma repentina.

El huracán Otis devastó el puerto de Acapulco, donde los residentes recibieron pocas advertencias sobre la fuerza de la tormenta que estaba a punto de azotarlos. Los científicos dijeron que Otis —uno de los huracanes que más rápido se han intensificado entre los que se tiene registro— fue resultado del cambio en las condiciones climáticas.

Otis causó una interrupción en el servicio eléctrico de la ciudad durante varios días, dejó cadáveres desperdigados por la costa y a familiares desesperados en busca de seres queridos. Gran parte de la ciudad se sumió en la anarquía, y miles de personas saquearon tiendas y pasaron apuros para obtener agua y comida.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador recibió duras críticas por su lenta respuesta a Otis. Desde entonces, las autoridades se han comprometido a actuar con rapidez.

La presidenta electa Claudia Sheinbaum dijo que su gobierno planea trabajar en mejorar un sistema de alerta temprana, similar al que el país ya tiene para la detección de terremotos.

Se prevé que John arroje de 15 a 30 centímetros (6 a 12 pulgadas) de lluvia en áreas costeras del estado de Chiapas hasta el jueves, y mayores precipitaciones en zonas aisladas. En zonas a lo largo de la costa de Oaxaca, y hasta el sureste de Guerrero, se prevé que caigan entre 25 y 50 centímetros (10 y 20 pulgadas) de lluvia hasta el jueves, con totales más elevados en ciertas áreas.

“Probablemente se va a resentir el impacto de la tormenta desde las próximas dos semanas hasta un par de meses”, agregó Benz.