Israel dará permisos de acceso a medio millar de palestinos cristianos de Gaza que suelen visitar Jerusalén o Belén para celebrar la Navidad, confirmó un portavoz del COGAT, institución militar israelí que gestiona la ocupación en los territorios palestinos.

“Se aprobó la entrada de 500 cristianos de Gaza para visitar a sus familias en Jerusalén Este o Judea y Samaria (denominación bíblica para Cisjordania)”, informó el COGAT, que anualmente suele conceder autorizaciones especiales a los palestinos cristianos de la franja por las fechas navideñas.

En Gaza permanece una pequeña comunidad cristiana autóctona de unas 900 personas, la mayor parte observantes del rito greco-ortodoxo.

Según puntualizó, los permisos se emitirán según una evaluación de seguridad y los criterios de vacunación contra el coronavirus.

A diferencia del año pasado, cuando el movimiento de la minoría palestina cristiana estuvo limitado por las restricciones de la COVID-19, esta vez se han validado “medidas festivas en beneficio de los residentes cristianos” de Gaza y Cisjordania, declaró el coordinador de actividades del Gobierno en los territorios, Rassan Alian, que ayer se reunió con los principales representantes de las denominaciones cristianas en Jerusalén y Tierra Santa.

Entre ellos, se reunió con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Griega, Teófilo III, el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, y el embajador del Vaticano en Israel.

Asimismo, el COGAT aprobó la entrega de permisos para 200 cristianos gazatíes que quieran viajar al extranjero a través de Jordania.

También emitirá 15,000 autorizaciones adicionales para la entrada a Israel de cristianos que quieran visitar Tierra Santa, “junto con la ampliación de la cuota de permisos para personal de la iglesia”.

Israel, que ocupa los territorios palestinos desde 1967, tiene control directo sobre los accesos de Cisjordania ocupada y bloquea Gaza por tierra, mar y aire desde 2007, cuando el grupo islamista Hamás se hizo con el poder del enclave.

Esta medida ha reducido en gran medida las capacidades de movimiento de los más de dos millones de habitantes de la franja, y afecta también directamente a su reducida población cristiana.