Una serie de ataques israelíes destruyeron edificios residenciales de un campamento de refugiados cerca de la ciudad de Gaza el martes, y las imágenes de videos mostraban a rescatistas sacando a hombres, mujeres y niños de entre los escombros. Israel dijo que el ataque destrozó un centro de mando de Hamás montado en casas de civiles y una red de túneles subterráneos.

De momento se desconocía la cifra de víctimas por los ataques en el campamento de Jabaliya. Las fuerzas armadas israelíes dijeron que una gran cantidad de combatientes murieron en el ataque, incluido el comandante que supervisaba las operaciones de Hamás en el norte de Gaza.

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El director del hospital cercano a donde fueron trasladadas las víctimas, el doctor Atef Al Kahlot, dijo que cientos de personas habían resultado heridas o habían muerto por el bombardeo israelí, pero no proporcionó cifras exactas.

Ninguna de las cantidades informadas por las partes pudo ser confirmada de manera independiente.

El ataque puso de manifiesto el previsible aumento de víctimas en ambos lados mientras las tropas israelíes se adentran en el norte de la Franja de Gaza, hacia vecindarios residenciales sumamente poblados. Israel había prometido acabar con la capacidad de Hamás para gobernar Gaza o para amenazar a Israel tras su ataque del 7 de octubre, que dio inicio a la guerra.

Israel dijo que dos de sus soldados murieron en los combates del norte de Gaza, las primeras muertes de militares reportadas desde que intensificó su ofensiva terrestre en el pequeño territorio del Mediterráneo la semana pasada.

Varios cientos de miles de palestinos permanecen en el norte de Gaza, en el camino del asalto terrestre israelí. Se han aglomerado en viviendas o se hacinan por miles en los hospitales, los cuales ya estaban desbordados de pacientes y escasos de suministros.

En el campamento de refugiados de Jabaliya —una zona densamente urbanizada de pequeñas calles en las afueras de la ciudad de Gaza—, imágenes de la escena tomadas por la cadena de televisión Al Jazeera mostraban al menos cuatro grandes cráteres donde antes había edificios, en medio de una gran franja de escombros rodeada de estructuras parcialmente colapsadas.

Decenas de rescatistas y transeúntes escarbaban entre los escombros, buscando sobrevivientes debajo de los edificios colapsados. Jóvenes sacaron los cuerpos inertes de dos niños de los pisos superiores de un bloque de apartamentos en ruinas mientras ayudaban a bajar a otro niño y a una mujer. No estaba claro si los niños estaban vivos o muertos.

El ejército israelí dijo que llevó a cabo un ataque a gran escala en Jabaliya contra infraestructura de Hamás “que se había apoderado de edificios civiles”.

El general de brigada, Daniel Hagari, afirmó que una instalación subterránea de Hamás debajo de un edificio atacado se derrumbó, lo que causó el colapso de otros edificios cercanos. Aseveró que el comandante que murió en el ataque, Ibrahim Biari, había participado en el ataque del 7 de octubre contra Israel.

El mismo martes, el ejército israelí dijo que sus fuerzas terrestres tomaron el control de un bastión de Hamás en el oeste de Jabaliya, y que mataron a 50 combatientes.

El portavoz de Hamás, Hazem Qassem, rechazó la afirmación israelí, y dijo que estaban tratando de justificar “su crimen atroz” contra civiles.

Hagari reiteró los llamamientos para que los civiles desalojen el norte de Gaza y vayan hacia el sur. Las fuerzas militares dicen que atacan infraestructura y a combatientes de Hamás, y que los combatientes ponen en peligro a los civiles al operar entre ellos. El ejército israelí también ha insistido repetidamente en que atacará a Hamás dondequiera que lo encuentre.

Aproximadamente 800,000 palestinos han huido hacia el sur, pero muchos han decidido no hacerlo, en parte debido a que señalaron que ningún sitio es seguro debido a que Israel también bombardea el sur de Gaza, causando la muerte de civiles. El tiempo para huir podría estarse agotando, debido a que las fuerzas israelíes llegaron a la principal autopista norte-sur de Gaza esta semana.

Más de 8,500 palestinos han muerto por los ataques de Israel, la mayoría mujeres y niños, informó el martes el Ministerio de Salud de Gaza, sin proporcionar un desglose entre civiles y combatientes. La cifra no tiene precedentes en las décadas de enfrentamientos entre israelíes y palestinos.

Más de 1,400 personas han muerto en el lado israelí, la mayoría de ellas civiles durante el ataque del 7 de octubre, una cifra que tampoco tiene precedentes. Los combatientes palestinos también tomaron a 240 personas como rehenes durante su incursión y han seguido disparando cohetes contra Israel.

El portavoz del brazo armado de Hamás dijo que planean liberar a algunos rehenes no israelíes en los próximos días. Hamás ha liberado a cuatro rehenes, y ha dicho que dejará ir a los demás a cambio de que Israel libere a los miles de prisioneros palestinos que tiene. Israel ha rechazado la oferta y la víspera dijo que había rescatado a una rehén que estaba en manos de Hamás.

Más de la mitad de los 2.3 millones habitantes de Gaza han huido de sus hogares, y cientos de miles de ellos se encuentran en escuelas operadas por la ONU o en hospitales, junto a los miles de heridos.

La guerra también ha amenazado con desencadenar combates en otros frentes. Israel y el grupo libanés Hezbollah han intercambiado disparos a diario a lo largo de la frontera, e Israel y Estados Unidos han atacado objetivos en Siria vinculados a Irán, que apoya a Hamás, Hezbollah y otros grupos armados de la región.

El ejército afirmó haber derribado lo que parecía ser un dron cerca de la ciudad de Eilat, en el extremo sur del país, e interceptado un misil sobre el mar Rojo el martes, ninguno de los cuales entró en el espacio aéreo israelí.

Los rebeldes hutíes de Yemen, apoyados por Irán, afirmaron posteriormente que habían disparado misiles balísticos y drones contra Israel, y que era su tercera operación de este tipo, además de amenazar con lanzar más. Hace unos días, un destructor de la Marina estadounidense en el mar Rojo interceptó misiles y drones lanzados hacia Israel por los hutíes, que controlan gran parte del norte de Yemen.

En el territorio palestino de Cisjordania, ocupado por Israel, también ha aumentado la violencia entre israelíes y palestinos, y el ejército demolió la casa de la familia de Saleh al-Arouri, alto cargo de Hamás exiliado hace más de una década. Un funcionario de la localidad de Aroura declaró que la casa llevaba 15 años vacía.

Había reportes de que las fuerzas israelíes han avanzado hacia el norte y el este de Ciudad de Gaza. Al sur de la ciudad, las tropas israelíes también intentaban impedir el paso por la principal autopista del territorio y en la carretera paralela a lo largo de la costa mediterránea, según Dawood Shehab, portavoz de la Yihad Islámica, un grupo militante más pequeño aliado de Hamás.

Zaki Abdel-Hay, un palestino que vive a pocos minutos de la carretera al sur de Ciudad de Gaza, dijo que la gente tiene miedo de usarla. “Los tanques israelíes siguen cerca”, dijo por teléfono, añadiendo que se oye “fuego de artillería constante”.

El ejército de Israel dijo que atacó unos 300 objetivos durante el último día, incluidos complejos dentro de túneles, y que las tropas habían librado varios combates con militantes armados con misiles antitanque y ametralladoras.

En tanto, la crisis humanitaria de Gaza sigue empeorando.

La Organización Mundial de la Salud ha declarado que en los dos últimos días se han producido daños en dos hospitales y se ha destruido una ambulancia en Gaza. Según la organización, los 13 hospitales que operan en el norte han recibido órdenes israelíes de desalojo en los últimos días. Los médicos han rechazado tales órdenes, alegando que sería una sentencia de muerte para los pacientes conectados a sistemas de soporte vital.

El hospital Al Shifa de Ciudad de Gaza, el más grande del territorio, está a punto de quedarse sin combustible, según el Ministerio de Salud.

Israel cortó el suministro de electricidad a Gaza hace semanas, y ha prohibido la entrada del combustible necesario para alimentar los generadores de hospitales y hogares, alegando que quiere evitar que caiga en manos de Hamás.

Ha permitido la entrada de una cantidad limitada de alimentos, agua, medicinas y otros suministros desde Egipto, aunque mucha menos de la que se necesita, señalaron los grupos de ayuda. Un convoy de 59 camiones de ayuda entró por el paso fronterizo de Rafah con Egipto el martes, el mayor hasta la fecha, elevando a 216 el total de los camiones que han entrado desde el 22 de octubre, según Wael Abu Omar, portavoz de Hamás en el paso.

El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, conocido como UNRWA por sus siglas en inglés, señaló que 64 miembros de su personal han muerto desde el comienzo de la guerra.