“No hay límite” para el programa iraní de enriquecimiento de uranio, afirmó el jueves el presidente de Irán tras su decisión de abandonar sus compromisos del acuerdo nuclear de 2015 tras la muerte de su general más importante en un ataque aéreo estadounidense.

En un discurso ante los responsables de bancos del país, Hasán Ruhani dijo que el programa nuclear está en “mejor situación” que antes del acuerdo nuclear con potencias internacionales.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país del acuerdo en mayo de 2018 debido en parte a que el pacto no abordaba el apoyo de Irán a grupos armados en la región ni su programa de misiles balísticos. Estados Unidos ha impuesto después sanciones “máximas” sobre la economía iraní.

Teherán siguió cumpliendo el acuerdo hasta el pasado verano, cuando empezó a incumplir abiertamente algunos de sus límites señalando que no se atendría al acuerdo si no obtenía ninguno de los beneficios económicos prometidos. Tras el ataque aéreo del 3 de enero que mató al general Qassem Soleimani, responsable de las operaciones militares de Irán en la región, el país indicó que abandonaría todas las restricciones del acuerdo nuclear.

Sin embargo, por ahora solo ha aumentado de forma moderada su actividad nuclear. En los últimos meses ha aumentado el enriquecimiento de uranio al 4.5%, por encima del límite fijado del 3.67% pero lejos del 20% que registró antes del acuerdo internacional. El uranio tiene que enriquecerse al 90% para poder utilizarse en un arma nuclear.

Gran Bretaña, Francia y Alemania pasaron meses intentando salvar el acuerdo, pero no han encontrado la forma de seguir comerciando con Irán pese a las estrictas sanciones estadounidenses. Los tres países europeos activaron esta semana un mecanismo de disputa incluido en el pacto para intentar que Irán volviera a cumplirlo. Ese proceso podría llevar a la reimposición de sanciones internacionales.

En su discurso ante los banqueros, Ruhani admitió que las sanciones han causado penurias económicas, pero señaló que esas consideraciones no debían separarse de la política exterior y la seguridad nacional.

También aludió a las crecientes tensiones con Washington.

“Una sola bala puede causar una guerra, y no disparar ni una bala puede llevar a la paz”, dijo, añadiendo que su gobierno aspiraba a aumentar la seguridad.