La agencia supervisora del gobierno de Israel anunció el lunes que lanzará una investigación sobre la estampida mortal en un festival religioso ocurrida durante el fin de semana y en la que murieron 45 judíos ultraortodoxos.

“Este es un incidente que pudo haberse evitado”, dijo el contralor del Estado, Matanyahu Englman, en una conferencia de prensa en Jerusalén. “Iniciaré una revisión especial sobre las circunstancias que llevaron a este desastre”.

Englman dijo que su reporte se centrará en las acciones de quienes toman decisiones, de la policía y rescatistas en el lugar.

No queda claro de momento si su anuncio pondrá fin a los exhortos a una pesquisa independiente.

Englman es considerado una figura cercana al primer ministro Benjamin Netanyahu, quien depende del respaldo político de los partidos ultraortodoxos y cuyo gobierno ha recibido fuertes críticas por haber permitido la realización de la reunión masiva. Englman dijo que no ha estado en contacto con Netanyahu recientemente.

Cerca de 100,000 personas, en su mayoría judíos ultraortodoxos, se congregaron para el festival Lag BaOmer en el Monte Merón, en el norte de Israel, pese a las restricciones por el coronavirus que limitan las reuniones al aire libre a 500 personas y advertencias sobre la seguridad de tales reuniones. Estando bajo el control de uno de los predecesores de Englman, la agencia supervisora del gobierno emitió un par de informes en 2008 y 2011 advirtiendo que las condiciones en el Monte Merón eran peligrosas.

La madrugada del viernes, miles de personas abandonaron un área del sitio conectada a través de un estrecho pasadizo para descender de la montaña. Una pendiente resbaladiza causó que la gente cayera, lo que generó una avalancha humana que cobró la vida de 45 personas y lesionó al menos a 150.