Informe vincula la industria chocolatera suiza con la deforestación global
La destrucción de bosques para dejar espacio a las plantaciones de cacao equivale a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Ginebra. La mitad de las importaciones de cacao destinadas a la fabricación de chocolate suizo proceden de países en los que existe un gran riesgo de deforestación, entre ellos naciones latinoamericanas como Perú o Ecuador, señala un informe publicado hoy por la organización medioambiental WWF.
El informe, que estudia los efectos de la importación de determinadas materias primas por parte de Suiza, subraya también que mientras el país centroeuropeo sólo representa un 0.1 por ciento de la población mundial supone un 3 por cien de la huella ecológica que la industria del cacao causa en el planeta.
La destrucción de bosques para dejar espacio a las plantaciones de cacao equivale a un aumento de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero equivalente a 879,335 toneladas de dióxido de carbono, calcula WWF.
Una cifra muy superior a la de otras materias importadas por Suiza a países deforestados, como el aceite de palma, el azúcar o el café, si bien en el caso de la soja las emisiones equivalentes adicionales son aún superiores (1.8 millones de toneladas de CO2).
Otros países en riesgo grave de deforestación a los que Suiza importa el cacao para fabricar sus célebres chocolates son Costa de Marfil, Nigeria, Madagascar o Indonesia.
WWF también indica que tres cuartas partes de las compras suizas de café o soja proceden igualmente de países en riesgo.
La importación suiza de soja, utilizada sobre todo para alimentar ganado, se ha multiplicado por ocho en los últimos 60 años, un fenómeno que el informe de WWF vincula al creciente consumo de carne.
La organización pide una mayor transparencia a la hora de informar del origen de estas importaciones, así como la puesta en marcha de medidas que limiten las compras a regiones deforestadas “de modo que ningún producto en el mercado suizo fomente este fenómeno”.