El gobierno del ultraliberal, Javier Milei, anunció el jueves un endurecimiento de la política de seguridad para el control de protestas callejeras en Argentina, en la misma semana en que se anunció un plan económico de fuertes ajustes que ha generado el rechazo de sindicatos y organizaciones sociales.

“Las cuatro fuerzas federales, más el servicio penitenciario federal, van a intervenir frente a cortes, piquetes o bloqueos sean parciales o totales” de calles, carreteras y puentes bajo jurisdicción federal, adelantó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en conferencia de prensa.

“La ley no se cumple a medias. Se cumple o no se cumple. Nosotros la vamos a cumplir”, remarcó la ministra.

Según el nuevo protocolo de orden público, los cuerpos de seguridad federales emplearán “la mínima fuerza necesaria y suficiente y será graduada en proporción a la resistencia” hasta que la vía pública quede liberada.

Buenos Aires es epicentro casi a diario de numerosas protestas, especialmente en el centro de la ciudad, que generan caos vehicular y malestar de sus residentes.

La presentación de Bullrich ocurre dos días después de que el gobierno anunciara un severo plan de ajuste económico para bajar el déficit fiscal que, entre otros puntos, incluye la devaluación del peso argentino más del 50%, el despido de empleados públicos, la reducción de subsidios al transporte y la energía y la suspensión de la obra pública, que tendrán un fuerte impacto social.

Al poco de asumir Milei, organizaciones de desempleados convocaron a una movilización para el próximo 20 de diciembre, cuando se cumple un nuevo aniversario del estallido social de 2001 que dejó decenas de muertos.

A su vez, la principal central sindical advirtió la víspera que no se quedará “de brazos cruzados” si el plan de Milei afecta los salarios y las jubilaciones.