Muchas personas alrededor del mundo han tenido la suerte de ganar la lotería, varios de ellos han invertido este dinero en las necesidades urgentes como pagar deudas, una casa o un vehículo.

Otros lo han gastado en viajes y lujos y han visto este dinero esfumarse en menos de nada sin preveer el futuro.

Esto fue lo que le ocurrió a Michael Carroll, un recolector de basura de Gran Bretaña que en el 2002 tuvo la suerte de ganar la Lotería Nacional Británica, vio un cambio radical en su vida, pero hoy, en el 2024, se encuentra prácticamente en la quiebra.

Tras ganarse el premio mayor, Carroll abrió una cuenta bancaria, abandonó su trabajo y empezó a vivir una vida llena de lujos y sin preocupaciones.

Compró una gran mansión con muchos lujos y se dedicó a organizar fiestas en las que sus ‘amigos’ no tenían que preocuparse por nada.

“Gasté mucho dinero en mis amigos, vacaciones, cadenas de oro, fiestas, todo eso”, aseguró, pero el dinero se acaba y empezó a sufrir por la falta de este.

El hombre afirmó que durante su vida de ‘millonario’, tuvo excesos en drogas, alcohol y relaciones sexuales con más de 4,000 mujeres: “Las chicas se quitaban toda la ropa y servían cocaína en bandejas de plata”, recuerda con nostalgia Carroll.

Carroll fue arrestado más de 30 veces e incluso encarcelado en tres ocasiones por sus ostentosas fiestas con desórdenes, además su matrimonio se terminó por sus constantes infidelidades.

Cuando Carroll intentó invertir una parte del dinero en algunos proyectos, todos resultaron fallidos, lo que terminó dilapidando poco a poco su fortuna.

Los gastos excesivos y otras malas decisiones financieras terminaron por dejar a Carroll en la quiebra, por lo que vendió su mansión por un precio mucho menor de lo que la compró, además de que tuvo que volver a trabajar en la recolección de basura para no quedarse sin un sustento diario.

Ya que se encontraba sin hogar, tuvo que pasar un largo tiempo en residencias para habitantes de calle y antes de iniciar en su trabajo actual, como repartidor de carbón, estuvo laborando en fábricas de galletas y mataderos.

Ahora Carroll vive en un apartamento de una habitación en la población de Elgin, Escocia y manifiesta que no se arrepiente de lo que vivió en esos años. Además, contó que disfruta de su trabajo y que su ex esposa le dio otra oportunidad, por lo que en la actualidad vive con ella.