Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Nicolás Maduro se juramentó el viernes como presidente de Venezuela, en una ceremonia que se vio momentáneamente suspendida por la irrupción de un desconocido que interrumpió su discurso de un nuevo gobierno, que aún debe enfrentar una auditoría electoral demandada por la oposición, y mientras sonaban cacerolas y cohetes en algunos lugares de la capital.
Minutos después de que jurara en la Asamblea Nacional como presidente y cuando tenía poco de haber iniciado su mensaje a la nación, un hombre vestido con una chaqueta roja subió a la tribuna legislativa e interrumpió su discurso.
El desconocido tomó el micrófono desde el que hablaba Maduro y gritó "¡Nicolás!, ¡Nicolás!", cuando tres hombres de seguridad se abalanzaron sobre él y lo sacaron del recinto.
El propio Maduro declaró superado el "incidente" y lo atribuyó a un "compañero", con quien dijo que después hablaría.
Sin embargo, Maduro, de 50, se quejó de la seguridad del recinto.
"Me pudieron haber dado un tiro aquí", dijo y reanudó su discurso en la Asamblea Nacional de Venezuela.
En la sesión se encontraban algunos mandatarios entre ellos el colombiano Juan Manuel Santos, el cubano Raúl Castro, el iraní Mamud Amadineyad, el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega. También arribaron las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff; de Argentina, Cristina Fernández, y de Uruguay, José Mujica.
El acto se celebró mientras aún está pendiente una auditoría electoral solicitada por la oposición, que asegura que revocará los resultados oficiales de los comicios del pasado domingo. En caso de que así suceda, la juramentación puede ser impugnada ante el Tribunal Supremo de Justicia.
Mientras juramentaba, en algunas partes de Caracas se escuchaba un "cacerolazo", que en los últimos días se ha vuelto una muestra de rechazo a Maduro por parte de la oposición. Al mismo tiempo, retumbaron cohetes en el centro de la capital, algo que el oficialismo ha utilizado para celebrar el triunfo del sucesor de Chávez.
Maduro asumió después de varios días de haber acusado a la oposición de planear un golpe de Estado en su contra, algo que ha sido rechazado por el líder opositor Henrique Capriles.
Interrogado al respeto, el ministro de Defensa, almirante en jefe Diego Molero, aseguró a la televisión estatal que "hoy en día es impensable que los militares patriotas, los que vivimos hoy en día en los cuarteles, seríamos capaces de levantar nuestras armas sobre el pueblo o irrespetar la Constitución".
El hombre que interrumpió el discurso de Maduro no intentó agredir físicamente al presidente. Sólo tomó el micrófono de la tribuna baja de la Asamblea Nacional, donde hablaba el mandatario.
Desde la tribuna superior, Cabello, se levantó de su silla e intentó atrapar al desconocido. Cabello es un teniente en retiro del ejército venezolano.
La televisión estatal suspendió casi de inmediato la transmisión de la imagen directa del podio donde estaba Maduro.
Dijo que el muchacho "quien sabe qué desesperación trae", pero subrayó que había actuado mal porque se trataba de un acto protocolario.
"Yo no tengo problemas, mi vida está al servicio de esta patria", señaló y en seguida añadió: "Me deben cuidar, de alguna manera me deben cuidar".
Sin mencionar a nadie en específico añadió que "ahora dicen que fue parte de un montaje, de un reality show".
Tras reanudar el discurso, dijo que el presidente colombiano se había retirado de la sesión, aunque afirmó que su colega le dijo que tenía una reunión con alcaldes en su país.
La juramentación ocurrió un día después de que el Consejo Nacional Electoral, en una sorpresiva decisión, anunciará una ampliación de la auditoría electoral y que ahora comprenderá las mesas de votación no revisadas tras los comicios, lo que para algunos abre un camino de incertidumbre sobre lo que sucederá.
Así, el Consejo revisará el 46% de restantes de las cajas que contienen los comprobantes de votación que no fueron auditadas el domingo pasado. La ley venezolana dice que tras culminar una jornada electoral se debe auditar, de inmediato, el 54% de las urnas y mesas electorales en presencia de los representantes de los partidos, los testigos de las mesas de votación y los electores.
La auditoría consiste en cotejar los datos consignados en las actas de cada mesa frente a cada comprobante del voto y al cuaderno de electores registrados. La petición de Capriles indicaba adelantar dicho procedimiento con el 100% de las mesas. Es decir, incluyendo el 54% ya auditadas el día de las elecciones.
Y aunque el Consejo Electoral sólo accedió a escrutar el 46% restante, Capriles se dijo satisfecho por el momento con la decisión.
Algunos analistas, sin embargo, no creen que la nueva auditoría alterara los resultados ya anunciados y que otorguen el triunfo oficial a Maduro en los comicios presidenciales que buscaban un sucesor al mandatario fallecido Hugo Chávez.
Se trata de la primera auditoría a la totalidad de los resultados de comicios presidenciales en 14 años de chavismo.
Edgard Gutiérrez, consultor político venezolano, dijo a The Associated Press que con la decisión del Consejo Electoral "se abre una suerte de 'caja de pandora'" de la que no se tiene certeza qué se encontrará en su interior.
Otros muestran un gran escepticismo sobre si la auditoría puede cambiar los resultados.
"Esto no es más que una especie de trueque con los gobiernos de UNASUR para hacerse a la legitimidad que tanto le hacía falta Maduro para posesionarse hoy sin cargos de conciencia", dijo Vicente Torrijos, politólogo y profesor de la Universidad del Rosario en la capital colombiana. "En la práctica, eso significa que el resultado seguirá siendo el mismo y que el CNE actuará de manera protocolaria para ratificar la posesión de Maduro".
Hasta ahora no ha trascendido si hubo algún tipo de gestión diplomática previa en la reunión extraordinaria de UNASUR realizada en las últimas horas en Perú.
"Maduro probablemente recibió el mensaje de algunas personas, tanto dentro como fuera de Venezuela, de que su postura intransigente no era sostenible", dijo a la AP Michael Shifter, presidente de la organización Diálogo Interamericano, con sede en Washington. "Sospecho que los brasileños y los colombianos se inclinaron sobre él para que aceptara la auditoría".
El experto consideró que "Maduro ha perdido la compostura a veces y no ha inspirado precisamente mucha confianza, incluso entre los chavistas, mientras que Capriles ha actuado con ecuanimidad y ha mostrado liderazgo"
Por lo pronto, algunos de sus integrantes sólo han dicho que felicitan y desean lo mejor para los venezolanos.
"Todo nuestro respaldo al triunfo del hermano Maduro", dijo el presidente boliviano Evo Morales a su llegada a Venezuela para asistir a la ceremonia de juramentación.
"Estamos (aquí) para darle un abrazo a los amigos, a los compatriotas venezolanos y desearles la mayor suerte posible", dijo por su parte José Mujica, presidente de Uruguay, y quien llegó en el mismo avión que su colega boliviano.
Luego de que en los dos días posteriores a los comicios, Venezuela viviera momentos de tensión cuando jóvenes y miembros de la oposición se manifestaron en las calles para reclamar un recuento total de votación, la temperatura política y social bajó tras la decisión de Capriles de suspender una nueva movilización en Caracas prevista para el miércoles.
"La respuesta del CNE (Consejo Electoral, al reclamo opositor) le baja la presión al juego y la estrategia de Capriles depende de lo que haga Maduro", dijo Gutiérrez, aunque estimó que sus pasos deben ir encaminados a "mantener la presión sobre el proceso de reconteo".
Después de las primeras protestas y algunos hechos de violencia, Capriles ha pedido a la gente que descarguen su indignación a través de "cacerolazos" y ahora también ha llamado a bailar salsa durante la ceremonia de juramentación de Maduro.
"Si el resultado se confirma (y gana Maduro), Capriles tiene que honrar su palabra: yo reconozco el resultado y debe preparar a sus seguidores para que ese golpe", dijo Gutiérrez.
Capriles sostiene que sus partidarios en las mesas le han dicho que fue él quien ganó la presidencia.
La auditoría completa, anunciada por el Consejo Electoral, tomará al menos 30 días, según su presidenta Tibisay Lucena.
En caso que esa revisión dé el triunfo a Capriles, el mandato de Maduro quedaría revocado y no podría completar el período de seis años.
Luego de la muerte de Chávez, que falleció 5 de marzo tras luchar contra el cáncer casi dos años, las autoridades electorales debieron convocar de inmediato a nuevas elecciones.
En octubre, ya Venezuela había reelegido a Chávez, quien consiguió más de un millón de votos de diferencia sobre Capriles, que entonces admitió de inmediato la derrota.