Londres experimentó una temporada llena de terror a finales del siglo XIX. ¿El causante? Un asesino en serie que, después de 130 años, podría haberse identificado. Se trata de ‘Jack, el destripador’.

El sujeto es una de las figuras más misteriosas en la historia del crimen. Entre agosto y noviembre de 1888, asesinó al menos a cinco mujeres en Whitechapel, Londres. Las llamadas “víctimas canónicas”, padecieron muertes fatales y la extirpación de órganos de sus cuerpos, que alegadamente fueron enviados a la Policía y a otras personas.

El historiador Russell Edwards afirma haber resuelto el caso a través de un análisis de ADN realizado en un chal encontrado en la escena de uno de los crímenes. Según hallazgos, el verdadero nombre del asesino sería Aaron Kosminski, un inmigrante polaco que ya había sido considerado sospechoso en su momento.

Relacionadas

La reciente prueba presentada por Edwards proviene de un chal que, según se cree, era de Catherine Eddowes, una de las víctimas de ‘Jack’. El historiador compró esta prenda en 2007 y, después de varios años de investigación, logró encontrar material genético que coincide con la descendencia de Kosminski.

¿Quien fue Aaron Kosminski?

El presunto homicida fue un inmigrante polaco que llegó a Inglaterra en 1881 con su hermano y se estableció en Whitechapel, el barrio donde ocurrieron los crímenes de ‘Jack, el destripador’. Trabajaba como barbero y, a los 23 años, cuando sucedieron los asesinatos en 1888, padecía esquizofrenia, según informes históricos.

En 1894, el comisionado adjunto de la Policía Metropolitana de Londres, Melville Macnaghten, mencionó que Kosminski era uno de los tres principales sospechosos de ser ‘Jack’, basándose en su odio hacia las mujeres y sus tendencias homicidas. Aunque Kosminski fue considerado un posible culpable, nunca se presentaron pruebas definitivas en su contra.

Su figura se convirtió en una leyenda, pues tras años de búsqueda, teorías y falsas identificaciones, solo fue hasta más de un siglo después que se dio con su nombre real. Miembros de la realeza, policías y reconocidos médicos de la época participaron en la tarea de encontrarlo.

¿Es oficial?

La información encontrada por el equipo de Edwards, que arroja el 100 por ciento de coincidencia con el ADN de Aaron, podría poner fin a uno de los mayores misterios de la historia londinense. Aunque falta una confirmación legal definitiva, el análisis de ADN y el apoyo de los descendientes de las partes involucradas podrían ser claves para abrir el caso y cerrarlo con éxito.