Seúl. El heredero multimillonario de Samsung, Lee Jae-yong, volvería a prisión después de que una corte surcoreana le condenara a dos años y medio de cárcel por su implicación en un escándalo de corrupción de 2016 que provocó protestas masivas y la salida de la entonces presidenta del país.

En una esperada repetición del juicio, el Alto Tribunal de Seúl declaró culpable hoy a Lee de sobornar a la entonces presidenta Park Geun-hye y a su confidente para obtener el apoyo del gobierno para una fusión en 2015 entre dos filiales de Samsung. El acuerdo ayudó a consolidar su control sobre el grupo empresarial más grande del país.

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Los abogados de Lee le habían mostrado como una víctima del poder presidencial, y describieron el acuerdo de 2015 como parte de la “actividad empresarial normal”. En un primer momento no estaba claro si apelaría. La fiscalía había pedido nueve años de cárcel.

Lee dirige el grupo Samsung como vicepresidente de Samsung Electronics, una de las mayores fabricantes del mundo de procesadores para computadoras y smartphones.

Lee, de 52 años, fue condenado en 2017 a cinco años de prisión por ofrecer 8,600 millones de wons (7 millones de dólares) en sobornos a Park y su amiga Choi Soon-sil. Pero fue liberado a principios de 2018 después de que el Alto Tribunal de Seúl redujera su pena a dos años y medio y dejara su pena en suspenso, revocando condenas clave y reduciendo la suma de los sobornos.

Park y Choi cumplen penas de prisión de 22 y 18 años, respectivamente.

La Corte Suprema devolvió el caso al alto tribunal en 2019 tras concluir que se había subestimado la suma de los sobornos de Lee. El dinero que Samsung gastó en comprar tres caballos de carreras para la hija jinete de Choi y para financiar una fundación de deportes de invierno que dirige la sobrina de Choi también debían considerarse sobornos, indicó la corte.