Hamás acepta liberar a rehén estadounidense-israelí y cuerpos de ciudadanos con doble nacionalidad
El soldado estadounidense-israelí es Edan Alexander, que tenía 19 años cuando fue secuestrado de su base en la frontera de Gaza.

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Jerusalén. El grupo armado palestino Hamás dijo el viernes que aceptó una propuesta de los mediadores para liberar a un rehén estadounidense-israelí vivo y los cadáveres de otros cuatro rehenes con doble nacionalidad que murieron en cautiverio. La oficina del primer ministro israelí puso en duda la oferta, acusando a Hamás de intentar manipular las conversaciones que se realizan en Qatar sobre la siguiente etapa del alto el fuego entre Israel y Hamás.
Hamás, que gobierna lo que queda de la Franja de Gaza, no especificó de inmediato cuándo se produciría la liberación del soldado Edan Alexander y de los cuatro cuerpos, ni qué esperaba obtener a cambio.
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Alexander tenía 19 años cuando fue secuestrado de su base en la frontera con Gaza, en el sur de Israel, durante el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que desató la guerra, la cual ha sido la más mortífera y destructiva entre Israel y el grupo armado.
No se sabe cuáles fueron los mediadores que propusieron la liberación a Hamás. Estados Unidos, liderado por Steve Witkoff, el enviado del gobierno del presidente Donald Trump para Oriente Medio, ha presionado para lograr una propuesta que extendería la tregua e incluiría algunos intercambios de rehenes por prisioneros.
Tras la declaración de Hamás, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel había “aceptado el esquema de Witkoff y mostró flexibilidad”, pero que “Hamás se niega y no cederá en sus posturas”.
“Al mismo tiempo, sigue utilizando la manipulación y la guerra psicológica: los informes sobre la disposición de Hamás para liberar a rehenes estadounidenses están destinados a sabotear las negociaciones”, se indica en una carta enviada por el gobierno a las familias de los rehenes.
En la misiva se añade que el equipo negociador de Israel regresaría el viernes de Doha, la capital de Qatar. Netanyahu dijo que planea convocar a su equipo ministerial la noche del sábado para escuchar a los negociadores y decidir los próximos pasos.
Mientras tanto, Hamás envió una delegación a El Cairo para analizar las negociaciones del alto el fuego con funcionarios egipcios. Egipto, Qatar y Estados Unidos han actuado como mediadores.
El alto el fuego está en un punto tenso
La primera fase del alto el fuego terminó hace dos semanas, pero la pausa en los combates se ha mantenido —aunque tensa— por ahora.
La Casa Blanca hizo un sorpresivo anuncio la semana pasada, diciendo que funcionarios estadounidenses habían participado en “conversaciones y discusiones continuas” con Hamás, alejándose de la política estadounidense tradicional de no interactuar directamente con el grupo armado. Eso provocó una breve respuesta de la oficina de Netanyahu.
Hasta el momento, se ignora si esas conversaciones se relacionan con el anuncio hecho el viernes por Hamás sobre la liberación de Alexander y los restos de los otros cuatro cautivos, cuyos nombres no fueron revelados.
En otra declaración, un funcionario del grupo, Husam Badran, reafirmó lo que, dijo, era el compromiso de Hamás de implementar completamente el acuerdo de alto el fuego en todas sus fases, y advirtió que cualquier desviación de los términos por parte de Israel llevaría las negociaciones de vuelta al punto de partida.
La primera fase del alto el fuego permitió el regreso de 25 rehenes vivos y los restos de otros ocho a cambio de la liberación de casi 2,000 prisioneros palestinos.
Las fuerzas israelíes se han retirado a zonas de amortiguamiento dentro de Gaza, cientos de miles de palestinos desplazados han regresado al norte del enclave, y cientos de camiones de ayuda entraron diariamente hasta hace dos semanas, cuando Israel cortó los suministros al territorio de dos millones de habitantes.
Se cree que Hamás tiene 24 rehenes vivos y los cuerpos de otros 35.
Las familias de los rehenes presionan por un “acuerdo integral”
Un grupo que representa a las familias de la mayoría de los cautivos dijo el viernes que recibía con beneplácito los planes para liberar a cualquiera de los rehenes, pero que el enfoque debe seguir siendo el regreso de todos ellos.
“Sin un acuerdo integral, corremos el riesgo de sellar el destino de todos los rehenes restantes”, dijo el Foro de Familias de Rehenes en un comunicado.
Israel ha exhortado a Hamás a liberar a la mitad de los rehenes restantes a cambio de una extensión de la primera fase y una promesa de negociar una tregua duradera. El corte de suministros se produjo cuando Israel presionó a los militantes para que aceptaran. Aproximadamente 80% de los residentes de Gaza han perdido el acceso a fuentes de alimentos, y 90% no puede acceder a agua potable limpia, según la oficina de medios del gobierno de Gaza controlada por Hamás.
Hamás quiere iniciar las negociaciones sobre la segunda fase del alto el fuego, que es más complicada e incluiría la liberación de los rehenes que siguen en Gaza, la retirada de las fuerzas israelíes y una paz duradera.
Musulmanes oran durante las restricciones en la mezquita de Al-Aqsa
Los hechos se produjeron mientras los judíos comenzaban a celebrar la festividad de Purim y los musulmanes seguían conmemorando el mes sagrado de ramadán. Alrededor de 80.000 fieles musulmanes rezaron el viernes en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, según el Fideicomiso Islámico, que monitorea el sitio. Israel controla estrictamente el acceso a las oraciones, permitiendo el paso desde el territorio ocupado únicamente a hombres mayores de 55 años y mujeres mayores de 50.
“Las condiciones son extremadamente difíciles”, dijo Yousef Badreen, un palestino que salió al amanecer de la ciudad de Hebrón, en el sur de Cisjordania, para llegar a Jerusalén. “Quisiéramos que la abran de forma permanente”.
Hamás acusó a Israel de escalar una “guerra religiosa” contra los palestinos, calificando las restricciones en Al-Aqsa como un “ataque sistemático a las prácticas religiosas musulmanas”. Hasta el momento, el gobierno israelí no ha respondido a las acusaciones.