Hathras, India. El hacinamiento masivo y la falta de salidas, entre otros factores, contribuyeron a una estampida letal en un festival religioso en el norte de India que causó al menos 121 muertos, dijeron las autoridades el miércoles.

Cinco personas más fallecieron el miércoles por la mañana, apuntó Manish Chaudhry, un funcionario local, y otras 28 seguían hospitalizadas.

Las estampidas letales son relativamente frecuentes en festivales religiosos indios, que reúnen a grandes multitudes en espacios pequeños con infraestructura deficiente y pocas medidas de seguridad.

Alrededor de 250,000 personas acudieron a un acto que tenía una capacidad permitida para 80,000, celebrado en una carpa instalada en un campo embarrado. No estaba claro cuántas personas habían logrado entrar en la carpa instalada en un campo embarrado en el distrito de Hathras, en el estado de Uttar Pradesh.

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Por el momento no estaba claro qué desató el pánico. Pero el primer ministro estatal, Yogi Adityanath, dijo a reporteros que una multitud de devotos se abalanzó sobre el predicador para tocarlo cuando bajaba del escenario, mientras los voluntarios intentaban intervenir.

Un reporte inicial de la policía sugirió que, en ese momento, miles de personas se dirigieron hacia la salida y muchos resbalaron en el lodo del suelo, lo que les hizo caer y ser aplastados por la multitud. La mayoría de los fallecidos eran mujeres.

Al parecer, el caos continuó también en el exterior del recinto, cuando los fieles corrieron hacia el predicador, un gurú hindú conocido localmente como Bhole Baba, mientras se marchaba en un auto. Su equipo de seguridad empujó a la multitud, causando más caídas, de acuerdo con las autoridades.

Las autoridades estaban investigando lo ocurrido y buscaban a Bhole, además de a otros organizadores, cuyo paradero se desconoce.

Binod Sokhna, quien perdió a su madre, su hija y su esposa en la tragedia, lloraba a la salida de la morgue el miércoles.

“Mi hijo me llamó y me dijo ‘papá, mamá ya no está. Ven aquí inmediatamente’. Mi esposa ya no está”, dijo llorando.

La organización del predicador, Sri Jagar Guru Baba, había pasado más de dos semanas preparando el evento.

Devotos de todo el estado, que con más de 200 millones den habitantes es el más poblado de India, viajaron hasta la localidad, donde las filas de vehículos estacionados se extendían por tres kilómetros (dos millas).

Un funcionario estatal, Ashish Kumar, dijo que la enorme carpa no tenía suficientes salidas. No estaba claro de cuántas disponía.

Los expertos indicaron que el acto infringía las normas de seguridad. “El evento se celebró en una carpa improvisada sin garantizar múltiples vías de salida”, explicó Sanjay Srivastava, experto en gestión de desastres.

Sonu Kumar, uno de los muchos residentes locales que ayudaron a levantar y trasladar los cadáveres tras el accidente, criticó al gurú: “Se sentó en su auto y se marchó. Y sus devotos aquí cayeron unos sobre otros, algunos en el agua”.

“Los gritos eran desgarradores. Nunca habíamos visto algo así en nuestro pueblo”, agregó Kumar.

En 2013, peregrinos que visitaban un templo durante un popular festival hindú en Madhya Pradesh, un estado del centro del país, se pisaron ante el temor a que cediese un puente. Al menos 115 murieron aplastados o en el río.

En 2011, más de 100 devotos hindúes murieron aplastados en una festividad religiosa en el estado sureño de Kerala.