Una organización activista con sede en Estados Unidos lanzó el miércoles una base de datos en internet que identifica a más de 80 sacerdotes católicos acusados de abusar sexualmente de menores en Filipinas y declaró que el silencio de los obispos filipinos sobre los crímenes equivalía a un encubrimiento.

Filipinas es la tercera nación de mayoría católica más grande del mundo, y el debate público sobre las agresiones sexuales por parte de miembros del clero, especialmente venerados en las regiones rurales, ha sido limitado en general.

Ninguno de los 82 miembros del clero, incluidos siete obispos, que aparecen en la nueva base de datos creada por el grupo BishopAccountability.org había sido condenado en ningún tribunal filipino.

La base de datos mostraba sus rostros, nombres y detalles sobre sus supuestas agresiones sexuales a menores, algunas de los cuales se remontan a hace más de dos décadas. La organización sin fines de lucro dijo que también había abierto bases de datos similares sobre abusos del clero católico en Estados Unidos, Argentina, Chile e Irlanda.

Anne Barrett Doyle, directora de BishopAccountability.org, dijo que el prolongado silencio de los obispos en Filipinas fomentó esas agresiones sexuales por parte de miembros del clero. Solicitó a los fiscales filipinos que investigaran a los responsables de la Iglesia que no reportaron los abusos.

“Los obispos filipinos se sienten con derecho a su silencio. Se sienten con derecho a retener información sobre violencia sexual hacia menores. Se sienten con derecho a defender a los sacerdotes acusados”, dijo Doyle en una conferencia de prensa en Manila.

“Lo que esperamos lograr es aumentar la conciencia”, dijo. “El secreto solo beneficia a los perpetradores. El secreto equivale a complicidad”.

El cardenal Pablo Virgilio David, líder de la Iglesia filipina, dijo que la Conferencia Episcopal filipina ha creado una oficina para proteger a menores y adultos vulnerables y reportar denuncias al Vaticano.

“Nuestro mandato de Roma es tomar el tema de la responsabilidad muy en serio, especialmente aquellos relacionados con casos de supuestos abusos que implican a sacerdotes”, dijo David, sin dar más detalles.

“Los mecanismos externos que han forzado la responsabilidad de los obispos católicos en otros lugares — litigios por parte de las víctimas, investigaciones de fiscales sobre entidades eclesiásticas, pesquisas de comisiones gubernamentales e investigaciones sustanciales de medios de comunicación locales — han ocurrido poco o nada en el tercer país católico más grande del mundo”, dijo BishopAccountability.org sobre Filipinas.

Algunos de los religiosos incluidos en la base de datos han sido absueltos de cargos y se les ha permitido regresar al trabajo eclesiástico y al ministerio, recuperando un acceso cercano a posibles víctimas, dijo alarmada la organización sin fines de lucro, que desde su fundación en 2003 documenta la crisis de abusos sexuales en la Iglesia católica.

Los nombres de los sacerdotes y otros clérigos incluidos en la base de datos se recopilaron a partir de reportes en medios, documentos judiciales presentados públicamente y pronunciamientos de la Iglesia, dijo el grupo, que agregó que la lista de 82 clérigos vinculados a abusos sexuales en Filipinas podría ser solo “la punta del iceberg”.

Gemma Hickey, una víctima de abusos sexuales del clero que habló en la conferencia de prensa en Manila, dijo que las víctimas sufren mucho tiempo después de haber sido agredidas.

“Son los sobrevivientes quienes cumplen una sentencia de por vida. Muchos de los sacerdotes que han abusado de nosotros continúan con sus vidas. No enfrentan tiempo en prisión. Algunos de ellos se jubilan, avanzan con sus vidas, incluso cambian a otras carreras y salen del radar”, dijo Hickey.

“Pero los sobrevivientes están atrapados en una prisión de recuerdos”, dijo Hickey.