Piedras y cartuchos verdes de las escopetas de la policía en el suelo. El rastro de la violenta protesta de jubilados, respaldada por cientos de fanáticos de fútbol de diferentes equipos, quedó en las calles tras el enfrentamiento del miércoles en Buenos Aires entre manifestantes y fuerzas de seguridad frente al Congreso.

Los jubilados, que se concentran cada miércoles en pequeños grupos para protestar por los ajustes del gobierno del ultraderechista Javier Milei, estuvieron arropados esta vez por una convocatoria sin precedentes de los fanáticos de Boca Juniors, River Plate y otros equipos de primera y segunda categoría.

La del miércoles fue la protesta a favor de los pensionistas más multitudinaria y violenta en el casi año y medio que lleva Milei en el poder. Generalmente, son pequeños grupos y, aunque ha habido incidentes con la policía en otras ocasiones, no se había visto algo de la magnitud de ahora.

Llovieron piedras y agua a presión de lado y lado. La policía se vio rodeada por varios flancos en el inicio pacífico de la concentración. Cánticos y lema contra Milei protagonizaron el arranque. “Los viejos no se tocan”, coreaban en la plaza. Un hombre con la bandera argentina como capa levantaba enérgicamente un cartel: “Ayúdame a luchar. El próximo viejo sos vos”.

Pronto subió la tensión y, pasadas dos horas, los uniformados con escudos y equipo antimotines desplazaron a los manifestantes hacia la avenida de Mayo, en la otra punta de la plaza en la que se encuentra el Congreso.

El gobierno de Milei, que abandera una política de ajuste del gasto público desde que llegó al poder hace un año y medio, había advertido con restricciones de entrada a los estadios para quienes hicieran desmanes.

Las detonaciones de las escopetas de la policía y las mangueras de agua a presión comenzaron desde poco antes incluso de que arrancara oficialmente la protesta en horas de la tarde.

Un aficionado al fútbol sostiene una camiseta con la foto del fallecido astro Diego Maradona durante la protesta.
Un aficionado al fútbol sostiene una camiseta con la foto del fallecido astro Diego Maradona durante la protesta. (Natacha Pisarenko)

Comienzan las confrontaciones

Los primeros choques se dieron con la llegada de un numeroso grupo de hinchas de fútbol con banderas de Boca Juniors y cánticos en apoyo a los jubilados. La policía formó un cordón para impedir el avance hacia el Congreso.

En la retaguardia, otro grupo de manifestantes entre los que abundaba el pelo blanco fueron empujados con el chorro de agua a presión que lanzaban dos tanquetas en el perímetro más cercano al Legislativo.

Forzados a replegarse por la avenida de Mayo, al otro lado de la plaza donde está el Congreso, los manifestantes quemaron contenedores y al menos un vehículo policial en mitad de la vía y lanzaron piedras. Mientras la policía seguía respondiendo con sus mangueras y escopetas.

“Los jubilados estamos viviendo el peor ataque a las conquista social. Ni con (el expresidente Mauricio) Macri ni con otros fue peor”, dijo José Montes, un jubilado de 75 años que acudió a la protesta en silla de ruedas y con una camiseta de River Plate. Afirmó que ha limitado lo que come porque cobra 700 pesos (unos 7 dólares) de pensión y con el trabajo de su esposa, juntos, solo llegan a 1,100 pesos (unos 11 dólares) al mes. “Es la situación de todos los que nos vamos a jubilar”.

“Las políticas públicas quedaron vacías. No hay ni recursos ni trabajo”, reprochó al gobierno de Milei Analía Rodríguez, en medio de la protesta. Trabajaba en el Ministerio de Desarrollo Social y, según dijo, en días como los de esta semana con inundaciones en Bahía Blanca, ella y los demás agentes cesantes deberían estar allá movilizados para atender la emergencia.

Con una camiseta con la cara de un joven Maradona y el lema “hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados”, la mujer rechazó que los pensionistas “están cobrando poco, les están cobrando los medicamentos” y por eso se unieron a la “protesta genuina” de los miércoles. “Antes por lo menos tenían respuesta del Estado”.

En un hecho sin precedentes, fanáticos de Boca Juniors, River Plate y otros equipos de primera y segunda categoría se autoconvocaron para protestar con la consigna de “defender” a los pensionistas que cada miércoles se concentran frente al Congreso argentino contra los ajustes.

Un hincha se une a la protesta de jubilados.
Un hincha se une a la protesta de jubilados. (Natacha Pisarenko)

Las medidas de Milei

Milei dispuso por decreto en marzo de 2024 que las jubilaciones se actualizarían mensualmente en función del último dato de inflación disponible. Si bien el gobierno logró en un año controlar la inflación, los jubilados se quejan de que sus ingresos van siempre por detrás debido a que la nueva fórmula se implementó luego de la devaluación del 50% de la moneda local en diciembre de 2023.

Además del recorte de ingresos, el gobierno también modificó el plan de salud de la obra social de los jubilados y restringió la entrega de medicación gratuita.

“Los viejos no se tocan”, coreaban los manifestantes rodeados de la policía. Un hombre con la bandera argentina como capa levantaba enérgicamente un cartel: “Ayúdame a luchar. El próximo viejo sos vos”.

Ante las previsiones de una gran convocatoria, el gobierno de Milei endureció las restricciones para asistir a los estadios del fútbol argentino en un intento de contener la protesta.

En una resolución publicada el miércoles, el Ministerio de Seguridad incluyó una causal para prohibir el acceso a un estadio de fútbol a quien “hubiere tenido conductas violentas contra las personas o las cosas o que afectaren la seguridad, el tránsito vehicular o el orden público, ya sea de manera individual o en el marco de una manifestación o congregación en la vía pública o en lugares abiertos al público en general, con o sin desplazamiento, cualquiera sea su naturaleza”.

Esto significa que cualquier hincha que participe en desmanes el miércoles no podrá asistir a los partidos de su equipo por el plazo que fijen las autoridades.

El presidente Milei terminó su primer año de gobierno con superávit fiscal y primario por primera vez desde 2010, como consecuencia de un fuerte recorte del gasto público que afectó jubilaciones y pensiones, entre otros.

En febrero, un jubilado cobró de mínima el equivalente a unos 300 dólares. En Buenos Aires, el costo de la canasta básica de un adulto mayor —incluye vivienda, alimentos, medicación, entre otros— cuesta más del doble de ese monto, según la Defensoría de la Tercera Edad.