La Franja de Gaza se quedó el domingo totalmente sin comunicaciones por tercera vez desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás.

La compañía palestina de telecomunicaciones Paltel confirmó que todos los servicios estaban apagados el domingo y que Israel los había desconectado.

El grupo partidario de acceso a internet NetBlocks.org reportó un “nuevo colapso de la conectividad” en la Franja de Gaza.

“Hemos perdido comunicación con la gran mayoría del personal de la UNRWA”, dijo a la AP la vocera de esa agencia, que se encarga de ayudar a refugiados palestinos, Juliette Touma.

El primer corte de comunicaciones en Gaza duró 36 horas y el segundo solo unas pocas horas, lo que dificultó la posibilidad de comunicar lo que estaba pasando en el terreno.

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Horas antes el domingo, aviones de combate israelíes atacaron dos campamentos de refugiados en la Franja de Gaza, matando al menos a 53 personas e hirieron a docenas, según las autoridades de salud. Israel subrayó que mantendrá su ofensiva para aplastar a Hamás, que gobierna el territorio, pese a las peticiones de Estados Unidos de un receso en las hostilidades para llevar ayuda a civiles desesperados.

El Ministerio de Salud de Gaza informó que más de 9,700 palestinos han muerto en el territorio en casi un mes de guerra, y es probable que esa cifra aumente a medida que las tropas israelíes avancen hacia barrios urbanos densamente poblados.

Israel ha rechazado la idea de detener su ofensiva, incluso para las breves pausas humanitarias propuestas por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que está de gira por la región. En su lugar, ha afirmado que Hamás, que gobierna el asediado enclave, enfrentará “la fuerza plena” de sus tropas.

“Cualquiera en Ciudad de Gaza se está jugando la vida”, dijo el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant.

El domingo por la mañana, los ataques aéreos impactaron el campo de refugiados de Maghazi en el centro de Gaza, matando al menos a 40 personas e hiriendo a otras 34, según el Ministerio de Salud. Personal de emergencias aún buscaba entre los escombros con ayuda de los vecinos para recuperar cadáveres o sacar a posibles sobrevivientes.

Un periodista de The Associated Press en un hospital cercano vio los cadáveres de ocho niños pequeños, entre ellos un bebé, que fueron llevados tras el ataque. Una niña sobreviviente caminaba por el pasillo del hospital con la ropa cubierta de polvo y una expresión de conmoción en el rostro.

Arafat Abu Mashaia, que vive en el campamento, dijo que al ataque había reducido a escombros varios edificios residenciales de pisos múltiples donde se refugiaba gente que se había visto obligada a salir de otras zonas de Gaza.

“Fue una auténtica masacre”, afirmó el domingo por la mañana, de pie entre los restos de casas destruidas. “Todos aquí son personas pacíficas. Desafío a cualquiera que diga que había (combatientes) de resistencia aquí”.

El ejército israelí no hizo comentarios en un primer momento.

El campamento se encuentra en la zona de evacuación a la que el ejército israelí había instado a los civiles palestinos de Gaza que se refugiaran, mientras centraba su ofensiva militar en el norte del enclave.

Otro ataque aéreo impactó el domingo una casa cerca de una escuela en el campamento de refugiados de Bureji, en el centro de Gaza, y el personal del Hospital Al-Aqsa dijo a la AP que al menos 13 personas murieron. El campamento alberga a unas 46.000 personas y también había sido atacado el jueves.

Pese a peticiones y protestas en otras partes del mundo, Israel ha continuado sus bombardeos en todo el territorio, afirmando que ataca a combatientes de Hamás en cualquier lugar. Ha acusado a la milicia de emplear a los civiles como escudos humanos.

Las voces críticas afirman que los ataques de Israel a menudo son desproporcionados, dado el gran número de mujeres y niños muertos en esos ataques.

Blinken se reunió el domingo con el presidente palestino Mahmud Abás en la ocupada Cisjordania, al día siguiente de entrevistarse con ministros árabes de exteriores en la vecina Jordania.

Abás, que no tiene autoridad en Gaza desde que Hamás se hizo con el control del territorio en 2007, dijo que la Autoridad Palestina sólo asumirá el control de Gaza como parte de una “solución política integral” que establezca un Estado independiente que también abarque Cisjordania y Jerusalén Oriental, tierras que Israel tomó en la guerra de 1967.

Sus comentarios parecieron reducir aún más las ya escasas opciones sobre quién gobernará Gaza si Israel logra derrocar a Hamás. Las últimas conversaciones de paz con Israel fracasaron hace más de una década, y el gobierno de Israel está dominado por opositores al Estado palestino.

Antes, Blinken se reunió el viernes con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que el domingo insistió en que no podía haber un cese el fuego temporal hasta que fueran liberados todos los rehenes que tiene Hamás.

“Continuaremos hasta derrotarlos, no tenemos otra alternativa”, sostuvo.

Los líderes árabes pidieron un cese el fuego, aunque Blinken dijo que eso “simplemente le permitirá a Hamás reagruparse y repetir lo que hizo el 7 de octubre”, cuando el grupo realizó un gran ataque desde Gaza en el sur de Israel que desencadenó la guerra.

Las pausas humanitarias, señaló, pueden ser cruciales para proteger a los civiles, llevar ayuda y sacar a los ciudadanos extranjeros “al tiempo que se permite que Israel alcance su objetivo, la derrota de Hamás”.

Funcionarios egipcios dijeron que proponían junto con Qatar pausas humanitarias de seis a 12 horas diarias para permitir la entrada de ayuda y la evacuación de heridos. También pidieron a Israel que liberara a mujeres y ancianos de sus cárceles a cambio de los rehenes en poder de Hamás, sugerencias que Israel difícilmente aceptará. Hablaron bajo condición de anonimato por no estar autorizados a informar a la prensa sobre las gestiones.

Los ataques aéreos han demolido zonas de vecindarios residenciales en el norte de Gaza. Observadores de Naciones Unidas dicen que más de la mitad de la población que queda en el norte de Gaza, unos 300.000, se refugian en instalaciones gestionadas por la ONU. Pero los letales ataques israelíes también han alcanzado y causado daños en esos lugares de forma reiterada.

Aviones israelíes arrojaron panfletos que instaban a la gente a dirigirse al sur durante otra ventana de cuatro horas el domingo. Se podía ver a multitudes caminando por los carriles de norte a sur de la principal carretera de Gaza cargando equipaje, incluso mascotas, o empujando sillas de ruedas. Otros conducían carros tirados por burros.

Un hombre dijo que tuvieron que caminar 500 metros (yardas) con las manos en alto al pasar al lado de tropas israelíes. Otro describió haber visto cadáveres en automóviles dañados a lo largo de la carretera.

“Los niños vieron los tanques por primera vez. Oh mundo, ten piedad de nosotros”, dijo un palestino que se negó a dar su nombre.

Otro ataque aéreo israelí impactó durante la noche un pozo de agua en Tal al-Zatar, en el norte de Gaza, lo que dejó sin agua a decenas de miles de personas en la zona, informó el gobierno local administrado por Hamás en la localidad de Beit Lahia el domingo por la mañana.

Naciones Unidas estima que unos 1.5 millones de personas en Gaza, o el 70% de la población, han huido de sus hogares. La comida, el agua y el combustible necesario para los generadores que mantienen en marcha hospitales y otras instalaciones se están acabando.

La guerra ha avivado las tensiones en toda la región, con intercambios reiterados de fuego entre Israel y el grupo armado libanés Hezbollah a lo largo de la frontera.

En la Cisjordania ocupada por Israel, al menos dos palestinos murieron baleados en una operación israelí para hacer detenciones en Abu Dis, a las afueras de Jerusalén, según el Ministerio palestino de Salud. El ejército israelí detalló que un miliciano que había formado una célula armada y disparó a las fuerzas israelíes murió en la redada.

Al menos 150 palestinos han muerto en Cisjordania desde el inicio de la guerra, la mayoría en protestas violentas y combates durante redadas para hacer detenciones.

Miles de israelíes protestaron el sábado ante la residencia oficial de Netanyahu en Jerusalén para pedir su renuncia y el regreso de los aproximadamente 240 cautivos que retiene Hamás. Netanyahu se ha negado a asumir la responsabilidad por el ataque del 7 de octubre en el sur de Israel, en que murieron más de 1.400 personas. El fuego continuado de cohetes palestinos ha obligado a decenas de miles de personas en Israel a evacuar sus hogares.

En otro reflejo del malestar generalizado en Israel, un ministro de bajo rango del gobierno, Amihai Eliyahu, sugirió en una entrevista de radio el domingo que Israel podría arrojar una bomba atómica en Gaza. Más tarde se retractó y dijo que era un comentario “metafórico”. Netanyahu emitió un comunicado en el que dijo que los comentarios del ministro “no se basan en la realidad” y que Israel seguiría tratando de evitar los daños a civiles.

Entre los palestinos muertos en Gaza hay más de 4.800 niños palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no detalló las cifras de civiles y combatientes.

El ejército israelí, por su parte, dijo que 29 de sus soldados habían muerto en la operación terrestre.

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Jobain reportó desde Jan Yunis, Franja de Gaza, y Chehayeb desde Beirut. Los periodistas de The Associated Press Matthew Lee en Ramala, Cisjordania, Samy Magdy desde El Cairo, Julia Frankel en Jerusalén y Cara Anna en Nueva York contribuyeron a este despacho.