En el desarrollo del séptimo encuentro regional del Centro de Análisis para Políticas Públicas (CAPP), el exgobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, destacó la importancia de fortalecer las alianzas comerciales y políticas en América Latina, enfocándose en aprovechar la dinámica geopolítica global y las tensiones con China como una oportunidad para impulsar el desarrollo regional.

Fortuño, quien estuvo en un panel junto a Mario Abdo y Felipe Calderón, expresidentes de Paraguay y México, respectivamente, subrayó que la creciente competencia entre Estados Unidos y China presenta una oportunidad estratégica para los países de América Latina. Según él, esta situación “no va a cambiar” independientemente de quién esté en el poder en Washington, y representa una oportunidad para que la región pueda suplir al mercado estadounidense en áreas como los productos farmacéuticos y otros sectores estratégicos.

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El exgobernador sugirió que la región debe posicionarse para abastecer este mercado, aprovechando las ventajas geográficas y la posible complementariedad de recursos.

Fortuño resaltó también la relevancia de los minerales críticos, con especial atención en los que se encuentran en Sudamérica, señalando que estos serán esenciales en la lucha geopolítica actual. En línea con esta estrategia, destacó el potencial de América Latina para convertirse en un centro de producción de microprocesadores, un sector que busca mayor estabilidad y alternativas a la manufactura asiática.

En este sentido, el político hizo un llamado a la cooperación regional, ejemplificando la exitosa colaboración pasada entre Puerto Rico y República Dominicana bajo el modelo de “plantas gemelas” en manufactura, que pudiera replicarse en otros sectores productivos.

El exgobernador enfatizó que para atraer inversión extranjera, América Latina necesita crear un entorno seguro y confiable: “Esto requiere fortalecer la institucionalidad y el Estado de derecho, factores que han sido desatendidos en países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y más recientemente México, debido a reformas que debilitan el poder judicial”.

La energía y la infraestructura básica son otros de los retos que Fortuño considera clave, señalando la necesidad de garantizar un suministro energético confiable que permita atraer inversión y, en consecuencia, crear empleo y oportunidades económicas. “Este desarrollo económico no solo reducirá la pobreza, sino que también contrarrestará el populismo que busca mantener a la población dependiente del Estado”.

Por otro lado, también habló sobre el potencial del “nearshoring”, o la relocalización de cadenas de suministro más cerca de EE.UU. Afirmó que se avecina una renegociación importante en 2026 en los acuerdos comerciales de EE.UU. con América Latina, en la que países que han demostrado estabilidad, como Paraguay y Uruguay, podrían beneficiarse de una apertura comercial. Insistió en que los países de la región deben esforzarse por mejorar sus relaciones y establecer acuerdos con EE.UU., en especial en el contexto energético, que será una de las prioridades en la agenda norteamericana.

Al ser pregutado sobre la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, Fortuño se mostró optimista y convencido de que América Latina puede aprovechar esta “oportunidad histórica” para transformar sus economías mediante la integración vertical de sus industrias y la creación de una economía regional sostenible. Además, resaltó que el papel del sector privado será fundamental para avanzar en este camino, y advirtió que los países que decidan “nadar contra la corriente” se quedarán rezagados.