Remy es un fanático extremo de los tatuajes de Canadá con casi todo el cuerpo cubierto de tinta y recientemente dio que hablar en las redes sociales al compartir su historia de vida con esta forma de modificación corporal, que consiste en alterar de manera temporal o permanente el color de la piel plasmando un dibujo, un patrón, una figura o un texto.

Todo empezó en 2001 cuando este ahora padre de familia y chef de 33 años se hizo un piercing en el rostro en 2001 y, ocho años después, decidió tatuarse por primera vez, escogiendo el nombre de su hijo para inmortalizarlo sobre su piel. Desde entonces, su “romance” con la tinta no hizo más que crecer y se extendió por cada centímetro de su dermis.

En diálogo con el diario británico Daily Star, recogido por el portal LAD Bible, Remy reveló que a la fecha lleva gastando en este pasatiempo alrededor de casi 120,000 dólares entre las numerosas perforaciones y los elaborados tatuajes que decoran el 90 % de su cuerpo.

Anécdotas de un hombre tatuado (casi) en su totalidad

Sobre las zonas de su cuerpo en la que más le dolió tatuarse, Remy señala que “quizás el interior de su trasero o las regiones más profundas de la parte interna de los muslos”, que son áreas extremadamente sensibles. Y las áreas en las que no tiene muchos tatuajes figuran su rostro, sus orejas, las plantas de sus pies y las palmas de sus manos.

Lamentablemente, este fanatismo extremo de Remy por los tatuajes y los piercings lo han llevado a ser objeto de burlas por su apariencia (sobre todo en Internet), pero él asegura que no deja que ello lo afecte. “No recibo ningún comentario malo o de odio de familiares o extraños en persona (…) Solo comentarios positivos o curiosos”, recalcó.

“Solo escucho esas cosas de la gente en línea (…) Cuando pasa eso, solo lo ignoro o le deseo al odiador/troll que le vaya bien, ya que soy lo suficientemente maduro para percatarme que lo que le molesta no soy yo, sino algo que no pudieron lograr o que les molesta de su vida personal”, agregó el fanático de los tatuajes.

Consultado sobre qué consejos podría darles a aquellos que estén ansiosos por comenzar su propia aventura con los tatuajes, Remy señala que “no se apresuren mucho” ya que la travesía en sí es “la parte más divertida”. “Si hacen esto más como un maratón que una carrera, lo pasarán mejor y tendrán mejores recuerdos”, añadió.

Al igual que sus tatuajes, Remy también tiene una impresionante colección de piercings (que ocupan muestra principalmente en el rostro), varios expansores de orejas, perforaciones en ambos labios, pómulos y nariz (tanto en el puente de la misma a la altura de sus ojos como en el septum, el cartílago que divide las fosas nasales).