Nueva Delhi. El hombre en el video en WhatsApp dice que él lo ha visto: unas pocas gotas de jugo de limón en la nariz curan el COVID-19.

“Si usted hace con fe lo que le voy a decir, se verá libre de corona en cinco segundos”, dice el hombre, que luce ropa religiosa tradicional. “Este limón le va a proteger del virus como una vacuna”.

Curaciones falsas. Cuentos aterradores de efectos secundarios de las vacunas. Afirmaciones infundadas de que los musulmanes diseminan el virus. Alimentados por angustia, desesperación y desconfianza en el gobierno, rumores y fraudes se difunden en las redes sociales en India, agravando la crisis humanitaria del país.

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“El pánico ha causado una abundancia de desinformación”, dijo Rahul Namboori, cofundador de Fact Crescendo, una organización independiente de verificación de hechos.

Aunque tratamientos tales como el jugo de limón pudieran parecer inocuos, su promoción puede tener consecuencias letales si lleva a que las personas no se vacunen o ignoren otras directrices.

En enero, el primer ministro Narendra Modi declaró que India había “salvado a la humanidad de un gran desastre al contener efectivamente” el coronavirus. La vida comenzó a normalizarse, con las concurrencias a los partidos de cricket, las peregrinaciones religiosos y los mítines políticos del partido nacionalista hindú de Modi. Cuatro meses después, los casos y las muertes se han disparado, la campaña de vacunaciones en el país ha fracasado y han crecido la furia y la desconfianza del público.

“Toda la propaganda, la desinformación y las teorías de conspiración que he visto en las últimas semanas han sido muy, muy políticas”, dijo Sumitra Badrinathan, experta en ciencias políticas en la Universidad de Pennsylvania que estudia la desinformación en India. “Algunas personas están usándola para criticar al gobierno, mientras que otras la usan para apoyarlo”.

La desconfianza en las vacunas y la atención médica occidentales también está alimentando la desinformación sobre tratamientos falsos, además de las promociones de remedios tradicionales.

Satyanarayan Prasad vio el video sobre el jugo de limón y le creyó. El hombre de 51 años residente en el estado de Uttar Pradesh desconfía de la medicina moderna y tiene una teoría sobre por qué los expertos de salud del país llaman a vacunarse. “Si el gobierno aprueba las gotas de limón como remedio, las rupias que se han gastado en vacunas se desperdiciarán”, dijo Prasad.

Vijay Sankeshwar, un empresario prominente y expolítico, repitió la aseveración sobre el jugo de limón, diciendo que dos gotas en los orificios nasales aumentan los niveles de oxígeno en el cuerpo. Anque la vitamina C es esencial para la salud y el sistema inmunitario, no hay evidencia de que consumir jugo de limón ayude a combatir el coronavirus. Pero la versión se difunde ampliamente por toda la India.

“Ellos dicen que si bebes agua con limón todos los días no serás afectado por el virus”, dice Emma Sachdev, una residente de Clinton, Nueva Jersey, que tiene familiares en India.

Sachdev dijo que varios de sus familiares se han infectado, pero siguen violando las reglas de distanciamiento social, pensando que una visita al templo los protegerá.

India además ha sufrido del mismo tipo de desinformación sobre las vacunas y sus efectos secundarios que se ha visto en el resto del mundo.

El mes pasado, el popular actor tamil Vivek murió dos días después de haberse vacunado contra el coronavirus. El hospital en el que murió dijo que Vivek tenía un problema cardíaco avanzado, pero su muerte ha sido usada por oponentes de las vacunas como evidencia de que el gobierno oculta sus efectos secundarios.

Gran parte de la desinformación se difunde por WhatsApp, que tiene más de 400 millones de usuarios en India. A diferencia de sitios más abiertos como Facebook o Twitter, WhatsApp — propiedad de Facebook — es una plataforma codificada que es permite a sus usuarios intercambiar mensajes privados.

La mala información en internet “pudiera provenir de un vecino ignorante que no tiene malas intenciones”, dijo Badrinathan, la investigadora de la Universidad de Pennsylvania. “Nuevos usuarios de la internet pudieran no darse cuenta de que la información es falsa. El concepto de desinformación es nuevo para ellos”.

Fraudes diseminados en la internet tuvieron consecuencias fatales en el 2018, cuando al menos 20 personas fueron asesinadas por turbas inflamadas por mensajes sobre supuestas pandillas de secuestradores de niños.

WhatsApp dijo en una declaración que hace esfuerzos para limitar el contenido engañoso y peligroso, trabajando con organismos de salud pública como la Organización Mundial de Salud y entidades de verificación de hechos. La plataforma dijo además que añadió salvaguardas que restringen la diseminación de mensajes en cadena y guían a sus usuarios a información acertada en la internet.

El servicio además está facilitando que los usuarios en India y otros países lo usen para encontrar información sobre vacunas.

“Las falsedades pueden desalentar a la gente de vacunarse o tomar en serio el virus”, dijo Namboori, de Fact Crescendo. “Nunca ha habido tanto en juego·”.