Excluyen del cónclave a cardenal acusado por corrupción
Angelo Becciu, condenado a cinco años de prisión por una corte vaticana, aspiraba a ser uno de los candidatos papales.

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El cardenal Angelo Becciu, condenado a cinco años de cárcel por un tribunal del Vaticano tras un escándalo de corrupción millonario, y a quien el papa Francisco despojó de sus privilegios como cardenal en el 2020, a pesar de haber conservado su título, no podrá participar del cónclave para escoger al próximo líder de la Iglesia Católica.
Según el diario Domani, Francisco habría dejado dos cartas en las que expresó su voluntad de que su otrora estrecho colaborador y una vez número tres en la jerarquía vaticana, fuese excluido del conclave, reseñó el periódico La Nación de Argentina. El cardenal Pietro Parolin le habría mostrado las cartas al una vez sustituto de Francisco al principio del pontificado de éste, y quien a pesar de su convicción, aspiraba a ser uno de los candidatos papales.
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El caso contra Becciu que culminó con su caída en desgracia, fue considerado como el “juicio del siglo” en la Santa Sede, por ser el primero de este tipo contra un funcionario de grado tan alto en el Vaticano.
Becciu, de 77 años, siempre se proclamó inocente e incluso acusó a la justicia vaticana de no ser ni justa ni imparcial y se consideró un chivo expiatorio de operaciones turbias urdidas por sus enemigos.
Cuando el papa lo echó, de un día para el otro, en septiembre de 2020, también debió renunciar a su cargo de prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos. Y pese a estar muy implicado en una trama de lo más oscura por -una inversión millonaria en Londres con fondos reservados de la Secretaría de Estado, así como en envíos de dineros extraños a sus familiares sardos-, comenzó, junto a abogados, una campaña mediática para limpiar su nombre. Incluso sorprendió al denunciar a la revista L’Espresso, que fue la que reveló el escándalo, para que le pague una enorme indemnización por haber perdido su posibilidad de ser Papa, al quedar afuera del cónclave.
Empeñado en dar vueltas las cosas y desafiando la sanción de Francisco, evidente porque según las listas de la Sala de Prensa del Vaticano, Becciu, que tiene menos de 80 años, no está entre los 135 electores que podrán acceder a la Capilla Sixtina, comenzó una campaña subterránea para obtener apoyos en ese sentido durante las congregaciones generales de estos días.
Aunque en estas reuniones preparatorias -en las que participan menores y mayores de 80-, se hace un juramento por el que no se debe contar de qué se habla allí dentro, ya es un secreto a voces de que el tema estalló desde el primer día, el martes pasado.
División cardenalicia rumbo al cónclave
Así como el Papa, con generosidad, en los últimos años había invitado a Becciu a participar de diversas ceremonias y liturgias, también fue invitado a estas reuniones. Según Domani, al no existir hasta el momento documentos que confirmaran la voluntad del Papa de excluirlo, sino tan sólo un comunicado de prensa, al parecer al principio el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, de 91 años y al frente de este fase de transición, le habría dicho que estaba a favor de su reinserción en la lista de electores. Aunque se manifestó totalmente de acuerdo con esta línea, el cardenal estadounidense de origen irlandés, Kevin Farrell, que es el camarlengo -quien maneja la sede vacante, de 77 años-, le hizo saber que el papa Francisco le había comunicado en forma clara que no quería que Becciu ingresara al cónclave.
“A este punto dos fuentes indican que Re le habría dicho a su colega sardo que diera un paso hacia atrás”, escribió Domani, que subrayó que, pese a esto, Becciu volvió a la carga al insistir que no iba a renunciar a su deber de elegir al próximo Papa, al no existir ningún documento papal al respecto. Entonces el cardenal camarlengo habría quedado en silencio. Y, en medio de un clima que ni siquiera se vio en la película Cónclave, ‘sabiamente’ los demás cardenales habrían decidido tratar el asunto más adelante, cuando lleguen todos los cardenales”.
Y es aquí que llegó el golpe de escena. “Ayer a la noche el cardenal Parolin le habría mostrado a Becciu dos cartas escritas a máquina y firmadas por el Pontífice con una F que lo excluirían del cónclave: una de 2023 y la otra de marzo, cuando el Papa enfrentaba la última y gravísima enfermedad”, escribió Domani. “El cardenal sardo habría tomado nota, pero no es claro si dará un paso para atrás o si deberán ser las congregaciones generales las que decidan”, agregó, en un artículo firmado por Giovanni Maria Vian, exdirector del Osservatore Romano, periodista e historiador, que todo el mundo sabe que es cercano a Becciu.
Consultado respecto de esta noticia bomba de la aparición de cartas papales que confirman que la decisión pontifica ha sido tomada en forma irreversible, el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, prefirió no hablar del tema.
En un encuentro con periodistas, se limitó a informar que este viernes tuvo lugar la cuarta congregación y que estuvieron 149 cardenales. Los recién llegados prestaron el juramento por el que se comprometen a mantener el secreto y hubo 33 intervenciones, precisó el vocero.
“Continuaron con la lectura de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis”, detalló, al referirse al documento vaticano elaborado por Juan Pablo II y actualizado por Benedicto XVI que explica paso a paso cómo funciona la sede vacante y la elección del Romano Pontífice. Y tomaron nuevas decisiones logísticas, entre ellas, que el domingo, el día siguiente al funeral y le sepultura de Francisco, los cardenales a la tarde irán a la Basílica de Santa María la Mayor a rezar las vísperas ante su tumba.