Estados Unidos repatriará los cuerpos de la pareja de misioneros asesinada en Haití
David y Natalie Floyd trabajaban para la ONG Missions in Haiti, que fue fundada en 2000 por los padres de David.
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El Gobierno de Estados Unidos trabaja este jueves en la repatriación de los cuerpos de la pareja de misioneros estadounidenses David y Natalie Lloyd, asesinados la semana pasada por pandilleros en Haití, en un vuelo comercial que partiría desde la nación caribeña con destino final al estado de Kansas City (Kansas).
La cadena CNN, citando fuentes del Departamento de Estado de EE.UU., señaló que la pareja será repatriada este jueves en compañía del embajador de Estados Unidos en Haití, Dennis Hankins, y agentes de seguridad estadounidenses en un vuelo que de regreso hará primero una escala en la ciudad de Miami (Florida).
La cadena detalló que se trata del primer vuelo comercial estadounidense a Haití en meses y que autoridades estadounidenses negocian desde hace una semana con las haitianas, e incluso con líderes pandilleros, la repatriación de los cuerpos.
David y Natalie Floyd, yerno e hija del congresista estadounidense Ben Baker, trabajaban para la ONG Missions in Haiti, que fue fundada en 2000 por los padres de David.
La pareja, así como una tercera persona, estaban “escondidos” mientras unos pandilleros disparaban contra el edificio en el que se refugiaban, según informó la semana pasada la organización humanitaria.
Les dispararon a todas las ventanas del orfanato que albergaba a decenas de niños en Plaine, al norte de Puerto Príncipe, advirtió entonces la organización.
Haití vive una espiral de violencia con matanzas, ataques, violaciones y secuestros a manos de las poderosas bandas armadas, una situación agudizada desde finales de febrero pasado.
En marzo, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió un aviso de viaje instando a los estadounidenses a no viajar a Haití debido a sus condiciones de seguridad “impredecibles y peligrosas”.
Esta semana Garry Conille fue designado como primer ministro de transición en Haití en medio del caos en Puerto Príncipe, una ciudad paralizada por pandillas que han cortado la importación de suministros humanitarios vitales, destruido instalaciones médicas y bloqueado carreteras.