Estados Unidos ordena liberar presos ante coronavirus
Hasta el momento, 91 reclusos y 50 empleados han dado positivo al coronavirus en instalaciones penitenciarias federales.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El secretario de Justicia de Estados Unidos, William Barr, ordenó el viernes a la Oficina de Prisiones aprovechar más el arresto domiciliario y agilizar la excarcelación de presos de alto riesgo que puedan recibir este beneficio en tres penales federales donde se han disparado los casos de coronavirus.
Se instó a las autoridades a dar prioridad a los reos del Complejo Penitenciario Federal de Oakdale, en Luisiana, donde cinco fallecieron y más de una docena continuaban hospitalizados. La lista también incluye la Institución Penitenciaria Federal de Elkton en Ohio, con tres muertos, y la Institución Penitenciaria Federal de Danbury, en Connecticut, donde 20 presos dieron positivo de coronavirus.
“Tenemos que aprovechar con diligencia el arresto domiciliario, donde sea adecuado, a fin de retirar a los presos vulnerables de las instituciones mencionadas”, dijo Barr el viernes en la noche en un memorando dirigido al director del sistema penitenciario.
Hasta ese momento, 91 reclusos y 50 empleados habían dado positivo al coronavirus en las instalaciones penitenciarias federales en diversas partes de Estados Unidos, dijo la agencia. Desde hacía semanas, líderes legislativos y defensores de los reclusos exigían al Departamento de Justicia que excarcelara a reos en peligro antes de una posible epidemia, alegando que tras las rejas es imposible cumplir la normativa de salud pública que pide que las personas se mantengan a 6 pies de distancia unas de otras.
La situación en Oakdale, donde funcionarios sindicales afirman que hay centenares de presos en cuarentena, está avivando los temores de reclusos y personal del resto del sistema de la Oficina de Prisiones de que el virus pudiera propagarse rápidamente en cualquiera de sus 121 centros, aunque la tasa de contagio sea baja comparada con la de fuera de las cárceles. Las autoridades de salud llevan más de una década advirtiendo sobre los peligros de las epidemias en cárceles y prisiones, que son ambientes ideales para brotes virales.
A principios de semana, la agencia inició una nueva fase de su plan de reacción contra el coronavirus: un aislamiento nacional en el que todos los presos federales están encerrados en sus celdas durante 14 días.
Robert Morris, presidente del sindicato de agentes penitenciarios en Oakdale, describió la orden de Barr como una “decisión inteligente” que “podría salvar las vidas de algunos reclusos”.
En una de las prisiones federales afectadas, en Elkton, Ohio, todos los empleados recibieron esta semana mascarillas N95 y se elaboran planes para distribuir máscaras quirúrgicas a sus 2,500 reclusos, dijo el presidente del sindicato local, Joseph Mayle.