PARÍS — Temerosos pero desafiantes, los franceses guardaron el jueves un día de luto por las 12 personas asesinadas en una publicación satírica parisina, mientras la policía buscaba afanosamente a dos hermanos fuertemente armados sospechosos en la masacre y que se teme puedan volver a atacar.

Los dos sospechosos —uno de ellos un ex repartidor de pizzas que fue condenado por un cargo de terrorismo— deben considerarse "armados y peligrosos", dijo la policía en un boletín.

Noventa personas han sido interrogadas hasta el momento en la investigación y nueve cercanas a los dos sospechosos —Cherif Kouachi, de 32 años, y su hermano Said Kouachi de 34— fueron detenidos para interrogarlos en más detalle, dijeron funcionarios.

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Las autoridades ampliaron la alerta de terrorismo máxima de París a la zona norteña de Picardie y ahora se centra en varios poblados que pudieran ser posibles refugios para los dos sospechosos, dijo a los reporteros el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.

El presidente Francois Hollande, acompañado por parisinos, turistas y líderes musulmanes, hizo un llamado a la tolerancia luego del ataque terrorista más grave en el país en varias décadas. Al mediodía, el metro se detuvo y una multitud guardó silencio en torno a la Catedral de Notre Dame en honor de las víctimas del miércoles.

"Francia ha recibido un golpe directo al corazón de su capital, en lugar donde el espíritu de la libertad, y por lo tanto de la resistencia, respiró libremente", dijo Hollande.

El primer ministro francés anunció que se habían realizado varias detenciones durante la noche y que la posibilidad de un nuevo ataque "es nuestra principal preocupación". En un París tenso, 800 policías adicionales patrullaban escuelas, estaciones del metro y templos. Gran Bretaña aumentó la seguridad en puertos y fronteras.

El periódico satírico Charlie Hebdo había publicado caricaturas del profeta Mahoma y testigos dijeron que los atacantes se dijeron miembros de al-Qaida. Uno de los sospechosos prófugos había sido condenado por reclutar yihadistas para combatir en el Medio Oriente.

Dos hombres parecidos a los sospechosos robaron una gasolinera en el noreste de Francia el jueves por la mañana y la policía allanó el lugar con apoyo de helicópteros. Luego dijeron que los autores de la masacre no estaban ahí.


(AFP)

Hubo dos explosiones cerca de mezquitas el jueves por la mañana, lo que suscitó temores de una reacción contra la enorme comunidad musulmana de Francia. No hubo heridos en esos ataques, uno en Le Mans, al suroeste de París, y otro en Lyon.

El máximo responsable de seguridad del país salió de una reunión de alto nivel tras apenas 10 minutos, para acudir al lugar de un tiroteo en la zona sur de la ciudad, en el que murió una agente de policía. El agresor permanecía prófugo y no estaba claro que el suceso estuviera relacionado con el atentado del miércoles.

El primer ministro francés, Manuel Valls, dijo que los dos sospechosos aún prófugos tras el atentado contra la revista —Cherif Kouachi, de 32 años, y su hermano de 34 años, Said Kouachi— eran conocidos de los servicios de inteligencia e impedirles llevar a cabo otro ataque "es nuestra principal preocupación".

La policía acudió a una gasolinera en la región norteña de Aisne, donde los dos hombres fueron supuestamente avistados el jueves por la mañana, y varios helicópteros sobrevolaban la zona.

Valls dijo a la emisora de radio RTL que se habían realizado varias detenciones durante la noche; siete según una fuente de seguridad que habló bajo condición de anonimato porque la investigación estaba en marcha. Un tercer sospechoso por las muertes en la oficina del semanario ya se había entregado.

Uno de los sospechosos del asalto a Charlie Hebdo, Cherif Kouachi, tiene antecedentes por canalizar combatientes yihadíes para la insurgencia iraquí y fue sentenciado por cargos de terrorismo en 2008. El y su hermano, Said, deberían ser considerados "armados y peligrosos", dijo la policía francesa en un informe a primera hora del jueves, haciendo un llamado a testigos después de una infructuosa búsqueda en la ciudad de Reims, en la región de Champaña.

Un tercer hombre, Murad Hamyd, de años 18, se entregó en una comisaría de una pequeña localidad de la región tras saber que su nombre estaba siendo vinculado a los ataques en medios de comunicación y redes sociales, dijo la portavoz de la fiscalía de París, Agnes Thibault-Lecuivre. No ofreció detalles sobre la relación de Hamyd con los hermanos Kuachi.

Valls dijo que los sospechosos podrían haber sido seguidos por los servicios de inteligencia, pero "el riesgo cero no existe".