LONDRES. El rey Carlos III fue hospitalizado brevemente para observación el jueves después de experimentar “efectos secundarios temporales” relacionados con un tratamiento programado contra el cáncer, dijo el Palacio de Buckingham en un comunicado. Sus compromisos para la tarde del jueves y el viernes fueron cancelados.

El monarca estuvo acompañado de Camila, la reina consorte, durante la actividad.

El palacio afirmó: “Su majestad ha regresado ahora a Clarence House y, como medida de precaución, siguiendo el consejo médico, el programa de mañana también será reprogramado. Su majestad desea enviar sus disculpas a todos aquellos que puedan verse importunados o decepcionados como resultado”.

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La salud del rey ha sido observada de cerca desde principios del año pasado, cuando anunció que había sido diagnosticado con una forma no revelada de cáncer. Carlos, de 76 años, se apartó de sus deberes públicos durante unos tres meses, pero continuó cumpliendo con funciones de estado, como revisar documentos gubernamentales y reunirse con el primer ministro.

El diagnóstico de cáncer de Carlos ha aumentado la presión sobre la monarquía británica, que está en evolución tras el reinado de 70 años de la difunta reina Isabel II.

Cuando sucedió a su madre en septiembre de 2022, la tarea de Carlos era demostrar que la institución de 1,000 años de antigüedad se mantiene relevante en una nación moderna cuyos ciudadanos provienen de todos los rincones del mundo. Pero esta tarea requiere mucho tiempo y energía.

Aunque los deberes de un monarca constitucional son en gran medida ceremoniales, el torbellino real puede ser agotador. Además de las ocasionales procesiones con atuendos reales completos, hay reuniones con líderes políticos, ceremonias y eventos que honran los logros de los ciudadanos británicos. Eso sumó 161 días de compromisos reales durante el primer año de Carlos en el trono.

La enfermedad de Carlos coincidió con el diagnóstico de cáncer de su nuera, Kate (Catalina), la Princesa de Gales. Kate, la esposa del príncipe Guillermo, se tomó más de seis meses de reposo antes de regresar a sus deberes públicos a finales de septiembre.