En “cautiverio” miles de tripulantes de cruceros por el coronavirus
Permanecen en los barcos sin cobrar un solo centavo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Miami. Decenas de miles de tripulantes llevan semanas atrapados a bordo de cruceros en el mundo, mucho después de que los gobiernos y empresas negociaran el desembarco de sus pasajeros. Algunos se han enfermado y muerto, otros han sobrevivido, pero ya no les pagan.
Tanto los gobiernos nacionales como locales han prohibido que tripulantes desembarquen para evitar nuevos casos de COVID-19 en sus territorios. Algunas de las embarcaciones, incluidas 20 en aguas estadounidenses, han tenido infecciones y muertes entre sus tripulantes, pero la mayoría de los barcos no han confirmado casos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dijeron el mes pasado que unos 80,000 tripulantes permanecían en embarcaciones en la costa de Estados Unidos después de que la mayoría de los pasajeros desembarcaran. La Guardia Costera informó ayer que todavía había 70,000 tripulantes en 102 embarcaciones ya fueran ancladas cerca o en puertos de Estados Unidos o en camino a aguas estadounidenses.
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El total de miembros de tripulaciones varados a nivel mundial no esta disponible de momento. Pero hay miles de personas más atrapadas en buques afuera de Estados Unidos, incluido en Uruguay y en la bahía de Manila, donde 16 cruceros esperan hacer pruebas a unos 5,000 tripulantes antes de poder desembarcar.
Conforme los casos de coronavirus y muertes aumentan a nivel mundial, los CDC y funcionarios de salud en otros países han ampliado la lista de condiciones que deben cumplirse antes de que desembarquen los tripulantes.
Las compañías de cruceros deben llevar a cada tripulante directo a casa en aviones alquilados o autos privados sin utilizar vehículos de renta o taxis. Además, los CDC requieren que ejecutivos de compañías acepten acusaciones criminales si los tripulantes no logran cumplir con las órdenes de las autoridades de salud de mantenerse alejados del transporte público y restaurantes en su camino a casa.
“Las penas criminales nos pusieron (y a nuestros abogados) en guardia", dijo el presidente de Royal Caribbean International y director general, Michael Bayley, en una carta de principios de semana dirigida a los tripulantes, pero agregó que los ejecutivos de la compañía finalmente acordaron firmarla.
Melinda Mann, de 25 años, una gerente de programa juvenil para Holland America, pasó más de 50 días sin pisar tierra antes de finalmente desembarcar ayer del crucero Koningsdam en Los Ángeles. Antes de ser transferida al Koningsdam, intentó la semana pasada bajar de otra embarcación con otros tripulantes de Estados Unidos, pero los guardias de seguridad de la embarcación los detuvieron.
Durante 21 horas al día, Mann permaneció aislada en un camarote de 14 metros cuadrados (150 pies cuadrados), más pequeño que el cuarto de su casa en Midland, Georgia. Leyó 30 libros y sólo podía salir de su camarote tres veces al día para caminar alrededor de la embarcación. Su contrato terminó el 18 de abril, así que no le pagaron durante semanas.
“Mantenerme en estricto cautiverio durante tanto tiempo es absolutamente ridículo”, dijo Mann en entrevista telefónica.
A principios de esta semana, en Nassau, Bahamas, a tripulantes de Canadá a bordo del Emerald Princess les pidieron prepararse para ser llevados a casa en un avión alquilado. Pero al final el gobierno de Bahamas no permitió que atracara el buque.
El esposo de Leah Prasad está entre los tripulantes varados. Prasad dijo que ha pasado horas contactando a agencias del gobierno para ayudar a su esposo, un director de hotel para Carnival.
“Se está desmotivando. Está atrapado en un camarote”, dijo Prasad. “No es bueno para su salud mental”.
Angela Savard, vocera de asuntos exteriores de Canadá, dijo que el gobierno seguía explorando opciones para regresar a los canadienses a casa.