Bagdad. El centro de Bagdad amaneció en calma este domingo aunque con un amplio despliegue de seguridad en la fortificada Zona Verde tras el ataque contra la residencia del primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, del que salió ileso y que no ha sido reivindicado por el momento.

“La situación de seguridad está estable en la Zona Verde”, aseguró el portavoz de las Fuerzas Armadas, Yehia Rasul, en declaraciones a la agencia estatal de noticias iraquí, INA.

Los funcionarios han acudido con normalidad a sus trabajos en la Zona Verde, que concentra un buen número de edificios gubernamentales y embajadas extranjeras y en cuyos alrededores reina la calma por completo entre una intensa presencia de las fuerzas de seguridad.

El portavoz del Ministerio de Interior, Saad Maan, detalló en declaraciones a INA que fueron enviados tres drones contra la Zona Verde y que las fuerzas de seguridad lograron interceptar a dos ellos, mientras que el tercero impactó contra la residencia de Al Kazemi.

Por su parte, Rasul explicó también a la agencia que las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia han iniciado una investigación para tratar de averiguar el lugar desde que se lanzó el ataque contra el primer ministro.

La Zona Verde ha sido objeto de múltiples ataques, la mayoría con cohetes, en los últimos dos años dirigidos principalmente contra la embajada de Estados Unidos y atribuidos a las milicias proiraníes pese a que no suelen ser reivindicados.

Este atentado se produce además en un momento de tensión en Irak tras los choques violentos entre manifestantes y policías durante una manifestación el pasado viernes en Bagdad, frente a la propia Zona Verde, contra los resultados de las elecciones legislativas del pasado 10 de octubre.

Los enfrentamiento dejaron dos personas muertas y más de un centenar heridas, muchas de ellas policías.

Varios partidos iraquíes consideran fraudulento el escrutinio oficial de esos comicios, especialmente los que representan a las milicias integradas en la Multitud Popular, en su mayoría chiíes y proiraníes, ya que sufrieron una gran pérdida de voto respecto a las elecciones de 2018.

Sus simpatizantes mantienen desde hace casi dos semanas una acampada de protesta frente a la Zona Verde.