COLUMBIA, Carolina del Sur. Una imagen de sonar granulada grabada por un piloto privado ha reavivado el interés por uno de los misterios más fascinantes del siglo pasado: ¿Qué le ocurrió a Amelia Earhart cuando su avión desapareció durante su vuelo alrededor del mundo en 1937?

Numerosas expediciones no han encontrado nada y sólo han confirmado que en el fondo del océano no hay rastro de su monoplano de dos colas. Tony Romeo cree ahora que su nueva empresa de exploración marina, con sede en Carolina del Sur, ha captado una silueta del emblemático Lockheed 10-E Electra de la estadounidense.

Arqueólogos y exploradores se muestran esperanzados. Pero aún está por ver si el avión de la piloto despeinada se encuentra a unos 4,800 metros de profundidad. Y abundan los debates sobre el manejo adecuado de cualquier objeto que se descubra.

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Los archiveros tienen la esperanza de que la Deep Sea Vision de Romeo esté cerca de resolver el enigma, aunque sólo sea para volver a llamar la atención sobre los logros de Earhart.

Aunque pudieran ser cualquier cosa, las imágenes del sonar del dron submarino de $9 millones, captaron el borroso contorno amarillo de lo que se asemeja a un avión.
Aunque pudieran ser cualquier cosa, las imágenes del sonar del dron submarino de $9 millones, captaron el borroso contorno amarillo de lo que se asemeja a un avión. (Deep Sea Vision via AP)

Sea como fuere, la búsqueda de la primera mujer que cruzó el Océano Atlántico sigue en marcha.

¿Cómo detectó Deep Sea Vision el objeto que creen es el avión de Earhart?

Romeo quería más aventuras que su carrera de agente inmobiliario. Su padre voló para Pan American Airlines, su hermano es piloto de las Fuerzas Aéreas y él mismo tiene licencia de piloto privado. Procedente de una “familia de aviadores”, el misterio de Earhart le interesaba desde hacía tiempo.

Romeo cuenta que vendió sus intereses inmobiliarios para financiar la búsqueda del año pasado y comprar un dron submarino de 9 millones de dólares a una empresa noruega. La tecnología de vanguardia se denominada Hugin 6000, en referencia a su capacidad para penetrar en la capa más profunda del océano, a 6,000 metros de profundidad.

En septiembre de 2023, una tripulación de 16 personas inició una búsqueda de unos 100 días, escaneando más de 13,468 kilómetros cuadrados de fondo marino. El sondeo se limitó a los alrededores de la isla de Howland, un atolón situado en el centro del Pacífico, entre Papúa Nueva Guinea y Hawai.

Pero no fue hasta que el equipo revisó los datos del sonar en diciembre, cuando vieron el borroso contorno amarillo de lo que se asemeja a un avión.

“Al final, obtuvimos una imagen de un objetivo que creemos firmemente que es el avión de Amelia”, dijo Romeo a The Associated Press.

El siguiente paso es llevar una cámara bajo el agua para examinar mejor el objeto no identificado. Si las imágenes confirman las grandes esperanzas de los exploradores, Romeo dijo que el objetivo sería levantar el Electra, perdido hace mucho tiempo.

En última instancia, Romeo dijo que su equipo emprendió la costosa aventura para “resolver el mayor misterio sin resolver de la aviación”. Una escotilla abierta podría indicar que Earhart y su compañero de vuelo escaparon tras el impacto inicial, dijo Romeo, y un dial de la cabina podría arrojar luz sobre lo que, exactamente, salió mal.

Desde secuestro extraterrestre hasta la captura y ejecución por los japoneses, abundan las teorías

Earhart y su navegante, Fred Noonan, desaparecieron mientras volaban de Nueva Guinea a la isla de Howland en su intento de convertirse en la primera mujer piloto en circunnavegar el globo. Noonan avisó por radio de que se estaba quedando sin combustible.

La Marina la buscó pero no encontró rastro. La postura oficial del gobierno estadounidense ha sido que Earhart y Noonan se estrellaron con su avión.

Desde entonces, las teorías han derivado hacia el absurdo, incluyendo la abducción por extraterrestres o que Earhart vivía en Nueva Jersey bajo un alias. Otros especulan con que ella y Noonan fueron ejecutados por los japoneses o murieron como náufragos en una isla.

“Amelia es la desaparecida favorita de Estados Unidos”, afirmó Romeo.

La de Deep Sea Vision no es la primera incursión. David Jourdan dijo que su empresa de exploración Nauticos buscó en vano en tres expediciones separadas entre 2002 y 2017, examinando un área del fondo marino del tamaño de Connecticut. Esos esfuerzos fueron precedidos por una búsqueda de 1 millón de dólares en 1999 de Dana Timmer, con sede en Nevada. En 2014, Timmer no se había dado por vencido y trató de recaudar casi 2 millones de dólares para otro intento.

Entre 1988 y 2002, el Grupo Internacional para la Recuperación de Aeronaves Históricas realizó seis viajes a distintas islas del Pacífico occidental con la impresión de que Earhart se había estrellado en un arrecife plano a 2,900 kilómetros al sur de Hawai.

Hillary Clinton, entonces Secretaria de Estado de EE.UU., animó al grupo en 2012 cuando lanzó una nueva búsqueda de los restos impulsada por el análisis de una foto de 1937 que se cree que muestra el tren de aterrizaje del Lockheed Electra sobresaliendo de la costa de la isla.

El arqueólogo marítimo James Delgado dijo que el posible hallazgo de Romeo cambiaría la narrativa, pero “necesitamos ver más”.

“Dejemos caer algunas cámaras allí y echemos un vistazo”, dijo Delgado, vicepresidente senior de la empresa arqueológica SEARCH Inc.

Delgado dijo que la expedición de Romeo empleó tecnología de vanguardia de clase mundial que una vez fue clasificada y está “revolucionando nuestra comprensión de las profundidades del océano”.

Pero dijo que el equipo de Romeo debe aportar “un nivel forense de documentación” para demostrar que se trata del Lockheed de Earhart. Eso podría significar los patrones en el aluminio del fuselaje, la configuración de su cola y detalles de la cabina.

Jourdan, de Náuticos, habría esperado ver alas rectas y no barridas, como sugiere el nuevo sonar, así como motores. Pero eso podría explicarse por daños en la aeronave o por reflejos que distorsionan la imagen, reconoció.

“Podría ser un avión. Desde luego, parece un avión. Podría ser un accidente geológico que se parece a un avión”, dijo.

Dorothy Cochrane, conservadora de aeronáutica del Museo Nacional del Aire y del Espacio, dijo que la tripulación de Romeo buscó en el lugar correcto, cerca de la isla Howland. Allí es donde Earhart buscó desesperadamente una pista cuando desapareció en el último tramo de su vuelo.

Si el objeto es realmente el histórico avión, la cuestión para Cochrane será si es seguro elevarlo. El grado de integridad de la maquinaria dependerá en parte de la suavidad con la que aterrizó Earhart.

“Ahí es donde hay que mirar realmente esta imagen y decir: ‘¿Qué tenemos aquí?”, dijo Cochrane.

¿Y si realmente es el avión de Earhart?

Si las imágenes borrosas del sonar resultan ser el avión, las normas internacionales de arqueología subacuática sugerirían encarecidamente que la aeronave permaneciera donde está, dijo Ole Varmer, abogado jubilado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y colaborador principal de The Ocean Foundation.

Según Varmer, aún pueden realizarse investigaciones no intrusivas para averiguar por qué se estrelló el avión.

“Hay que preservar toda la historia que sea posible”, dijo Varmer. “No se trata sólo de los restos. Es dónde está y su contexto en el lecho marino. Es parte de la historia de cómo y por qué llegó allí. Cuando se rescata, se destruye parte del yacimiento, que puede aportar información”.

Según Varmer, levantar el avión y colocarlo en un museo costaría cientos de millones de dólares. Y aunque Romeo podría presentar una demanda de salvamento ante los tribunales, el propietario del avión tiene derecho a denegarla.

Earhart compró el Lockheed con dinero recaudado, al menos en parte, por la Fundación de Investigación de Purdue, según un blog de la Universidad de Purdue en Indiana. Y tenía previsto devolver la aeronave a la universidad.

Romeo dijo que el equipo cree que el avión pertenece al Smithsonian. Reconociendo el “territorio inexplorado” de los posibles problemas legales, dijo que su empresa de exploración “se ocupará de ellos a medida que surjan”.