El Gobierno de la isla caribeña de Santa Lucía ha declarado una situación de emergencia nacional ante la escasez de agua potable a causa de la sequía que está afectando a varios países y territorios de la región.

En una declaración emitida a toda la ciudadanía, el Gobierno de Santa Lucía pide "plena colaboración para minimizar el impacto de este periodo de falta de lluvias" y advierte de que el estado de emergencia se mantendrá en principio hasta el 31 de julio.

Para lidiar con la situación, el Gobierno ha restringido el caudal que se deja pasar desde el mayor embalse de la isla, al tiempo que trabaja en la reparación de un total de trece puntos de fuga de la principal planta de tratamiento de agua de la isla.

Además, planea la instalación de fuentes públicas de suministro para las áreas donde se registren cortes y la Organización Nacional de Manejo de Emergencias (NEMO) enviará camiones cisterna a las comunidades donde se requiera agua con urgencia.

El Gobierno recuerda que el agua potable no debe ser utilizada para regar jardines ni lavar vehículos, al tiempo que reclama que cese de inmediato el lavado de automóviles en los ríos para evitar la contaminación de las fuentes de agua.

Igualmente, recuerda que "la manipulación de la infraestructura de (la compañía) WASCO abriendo las válvulas es ilegal".

Santa Lucía es una más de las islas del Caribe que estos días lidia con los problemas derivados de la falta de lluvias, que en Puerto Rico han llevado a tener que cortar el agua en días alternos a buena parte de la ciudadanía del área metropolitana de la capital.

En República Dominicana todas las presas del país, a excepción de dos embalses, operan en sus niveles mínimos y rigen medidas de racionalización del agua para riego.

En Jamaica también se sufren los estragos de la falta de lluvias, factor que ha favorecido el desarrollo de varios incendios forestales, al tiempo que otras islas como Barbados, Dominica e incluso las Islas Vírgenes han tenido que pedir contención a sus ciudadanos.