Una mujer camina por una popular calle de Teherán con la cabeza alta y la melena al aire sin el velo islámico, en un revolucionario acto en el Irán de los ayatolás para protestar por la muerte de Mahsa Amini y reivindicar los derechos de las féminas.

“Lo hago por mis hermanas muertas”, dice la mujer, que prefiere que no se mencione su nombre por motivos de seguridad.

“Es mi forma de protestar”, añade esta administrativa de 35 años de una empresa privada y poseedora de una larga melena castaña.

La administrativa hace referencia a las protestas que sacuden Irán desde hace un mes, desde la muerte el 16 de septiembre de Amini, tras ser detenida tres días antes por la policía de la moral por llevar mal puesto el velo, unos de los símbolos de la República Islámica.

Las protestas han ido evolucionando conforme las autoridades han reaccionado: de medianas movilizaciones en docenas de ciudades pasaron a universidades y colegios, y ahora se centran más en pequeñas concentraciones, esporádicas y dispersas.

También hay quien protesta gritando por las noches desde las ventanas de las casas “muerte al dictador”, en referencia al líder supremo de Irán, Ali Jameneí, o haciendo sonar cláxones por las calles.

Y muchas mujeres optan por protestas caminando por la ciudad sin el velo, con el pelo al descubierto, como explicaron a Efe varias jóvenes.

GESTO PELIGROSO

No es un gesto baladí, al contrario: las mujeres que no se tapan en público se enfrentan a penas de prisión y multas, de acuerdo con el Código Penal iraní.

El velo es obligatorio en Irán desde 1983, poco después de la revolución liderada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979, quien declaró que sin esta prenda las mujeres estaban “desnudas”.

Así, la administrativa ha decidido dejar de esconder su cabello para expresar su rechazo por la muerte de Amini, de 22 años, pero también de otras jóvenes fallecidas en las protestas como Nika Shakarami, de 17 años, y Sarina Esmailzadeh, de 16, según denuncias de sus familias.

Y también lo hace para mostrar su desacuerdo con el estricto código de vestimenta que la ley iraní impone sobre las mujeres y el “grosero” trato al que ha sido sometida.

Hace cinco años, la paró la Policía de la moral por no llevar bien el velo, y fue llevada a un centro policial donde la ficharon con fotografías de frente y de perfil, y asistió a una clase de “educación”, donde una mujer les soltó palabras “soeces”, recuerda.

“Me sentí como una criminal”, asegura.

Tras ello decidió seguir rozando los límites de lo permitido en cuanto a vestimenta y tratar de escapar de la Policía de la moral.

“Si les veo en un lado de la calle, cruzo. Hasta ahora me ha funcionado”, dice.

El caso de la administrativa no es único. Por las calles de Teherán se ven mujeres haciendo lo mismo, en una particular manera de hacer visible su enfado.

“Me quito el velo para mostrar mi enfado”, dice a Efe otra joven, que también prefiere mantener el anonimato.

Esto también sucede en redes sociales, donde muchas jóvenes optan por desafiar a las autoridades con fotografías en las que se desmelenan.

“Por primera vez, camino por mi ciudad sin el hijab”, escribió recientemente una joven en Twitter, donde subió una imagen de espaldas en la que se aprecia su coleta.

“Mujer, vida, libertad”, añade, usando así el lema de las protestas que durante el último mes sacuden el país persa, protagonizadas sobre todo por jóvenes y en especial mujeres.

Otras jóvenes han ido aún más lejos y se colocan sin velo frente las fuerzas de seguridad, acciones que después comparten en redes sociales.

Es el caso de una joven sin velo y con coleta ante la que pasan cuatro efectivos policiales y ella hace el signo de la victoria, en una imagen compartida por el colectivo 1500tasvir y que se ha vuelto viral.

Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de “mujer, vida libertad” y en ellas se han llevado a cabo gestos de desafío impensables no hace mucho, como quemar velos.

Todo ello a pesar de la represión de las fuerzas de seguridad, que han recurrido a munición real, según la ONU.

La ONG Irán Human Rights, con base en Oslo, ha registrado 108 muertos, entre ellas 23 menores, y miles de personas han sido detenidas.

Mientras los jóvenes reclaman más libertades y el fin de la República Islámica, las autoridades iraníes acusan a países extranjeros de fomentar las protestas, enseñar a hacer cócteles molotov o de pagar a los manifestantes.

“La única solución es permanecer firmes”, aseguró recientemente Jameneí al hablar de los “pequeños disturbios”.

Pero los jóvenes insisten en que seguirán protestando.

“Yo creo que hay que protestar porque si no esto no se va a acabar nunca”, dijo a Efe una joven que asiste a las protestas y quien también rechaza el velo.