Ciudad del Vaticano. El papa Francisco pidió el miércoles el fin de la violencia y que se imponga el diálogo en Myanmar, donde continuaban las protestas contra el golpe de Estado militar y subía la cifra de manifestantes muertos.

Hacia el final de su mensaje tradicional a los fieles de todo el mundo, Francisco dijo que “de nuevo, y con mucha tristeza” sentía la necesidad de “recordar la dramática situación en Myanmar, donde tantas personas, especialmente jóvenes, pierden sus vidas para ofrecer esperanza a su país”.

En una aparente referencia a unas imágenes muy difundidas de una monja en Myanmar, arrodillada en la calle ante fuerzas de seguridad armadas, Francisco dijo: “Yo también me arrodillo en las calles de Myanmar y digo: que cese la violencia; yo también extiendo los brazos y digo: que prevalezca el diálogo”.

“La sangre no resuelve nada, que prevalezca el diálogo”, concluyó Francisco.

La cifra de muertos verificados entre manifestantes desde el golpe del 1 de febrero que derrocó al gobierno electo de Aung San Suu Kyi ha sobrepasado las 200 personas, según el grupo independiente Asociación de Asistencia para Prisioneros Políticos. El golpe desbarató años de lentos progresos hacia la democracia en Myanmar.

Debido a las precauciones contra el COVID-19, Francisco transmitió su mensaje desde la biblioteca del Palacio Apostólico, sin peregrinos ni otros fieles de a pie en la cita semanal.