Bombardeos israelíes mataron a por lo menos 356 libaneses, incluyendo 24 menores de edad, el lunes en el día más mortífero para el Líbano desde la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah, mientras el ejército israelí le advertía a la población del sur y este del país que evacúe previo a una campaña aérea más amplia contra el grupo político-militar.

Miles de libaneses huyeron del sur, y la carretera principal que sale desde el puerto sureño de Sidón estaba atestada de carros con rumbo a Beirut en el mayor éxodo desde los combates de 2006. Más de 1,240 personas resultaron heridas en los ataques, indicó el Ministerio de Salud libanés, una cifra dolorosa para un país que apenas se recupera de una operación la semana pasada en que cientos de aparatos electrónicos estallaron.

La cifra de muertes incluso supera la de la explosión en el puerto de Beirut ocurrida en 2020, cuando cientos de toneladas de nitrato de amonio estallaron, matando a por lo menos 218 personas y dejando heridas a más de 6,000.

En un video dirigido a los civiles libaneses, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu les exhortó a acatar los llamados israelíes a que evacúen, diciendo: “Tómense en serio esta advertencia”.

“Por favor salgan de la zona de peligro ahora mismo”, declaró Netanyahu. “Una vez haya concluido nuestra operación, podrán regresar a salvo a sus casas”.

El ejército israelí dijo el lunes en la tarde que realizó un ataque selectivo en Beirut. No dio detalles.

La agencia estatal de noticias libanesa reportó que tres misiles cayeron en el vecindario Beir al-Abed en el sur de Beirut. El canal de televisión de Hezbollah, Al-Manar TV, dijo que seis personas resultaron heridas. La policía acordonó la zona y le prohibió a la entrada a periodistas.

El ministro de Salud libanés, Firass Abiad, dijo en conferencia de prensa en Beirut que los ataques aéreos previos alcanzaron a hospitales, centros médicos y ambulancias. El gobierno ordenó el cierre de escuelas y universidades en la mayor parte del país y empezó a preparar albergues para las personas desplazadas del sur.

El ejército israelí dijo que alcanzó a unas 800 instalaciones, afirmando que apuntaba a arsenales de Hezbollah. Algunos bombardeos alcanzaron pueblos en el sur y en el Valle del Beká en el este. Uno alcanzó a Byblos, en el centro del Líbano, al norte de Beirut y a más de 128 kilómetros (80 millas) de la frontera. Añadió que estaba ampliando el rango de los bombardeos para abarcar zonas del valle a lo largo de la frontera este del Líbano con Siria. Hezbollah ha mantenido desde hace tiempo una presencia en el valle, donde el grupo fue fundado en 1982 con ayuda de la Guardia Revolucionaria iraní.

El portavoz militar israelí, contraalmirante Daniel Hagari, reiteró las advertencias a los habitantes de zonas donde Hezbollah almacena armas, incluyendo en ese valle. Sin embargo, queda la posibilidad de que algunos residentes viven en o cerca de lugares donde haya armas sin que lo sepan.

El jefe militar israelí, teniente general Herzi Halevi, dijo que Israel estaba preparando sus “próximas fases” de las operaciones contra Hezbollah, y que sus ataques aéreos son “proactivos”, contra instalaciones del grupo erigidas en los últimos 20 años.

Añadió que se darán más detalles en el futuro cercano, y que el objetivo es permitir que los ciudadanos puedan regresar a sus casas en el norte del país.

Entretanto, Hezbollah indicó en un comunicado que disparó decenas de cohetes contra Israel, incluso contra bases militares. Por su segundo día disparó cohetes contra la sede de la empresa de defensa israelí Rafael en Haifa.

Mientras Israel llevaba a cabo sus bombardeos, las autoridades israelíes reportaban que sonaron las sirenas antiaéreas en el norte del país ante la inminencia de cohetes disparados desde el Líbano.

Las órdenes de evacuación fueron las primeras en casi un año de conflicto de aumento gradual, y luego de un intercambio de fuego particularmente intenso el domingo. Hezbollah lanzó alrededor de 150 cohetes, misiles y drones hacia el norte de Israel en represalia por ataques que mataron a un comandante del grupo y decenas de combatientes.

Los crecientes ataques y contraataques han suscitado temores de una guerra abierta, aun en momentos en que Israel sigue batallando al grupo palestino Hamás en la Franja de Gaza y tratando de lograr el retorno de los rehenes capturados en el ataque del 7 de octubre del año pasado. Hezbollah ha jurado seguir con sus ataques en solidaridad con los palestinos y con Hamás, compañero suyo en contar con el apoyo de Irán. Israel dice que está comprometido con el objetivo de retornar la calma a su frontera norte.