La familia real está relacionada, para bien o para mal, con el poder, la riqueza, la pureza, la influencia y la solidez del estatus quo de una sociedad tan importante en la humanidad como la británica.

Al siempre estar a la vista de millones de personas en el mundo, la realeza del Reino Unido también ha sabido lo que se siente estar en el ojo del huracán en repetidas ocasiones.

Uno de los hechos más polémicos en los cuales la corona británica se ha visto involucrada es el matrimonio del príncipe (ahora rey) Carlos y la princesa Diana de Gales, conocida popularmente como Lady Di.

Carlos y Diana, según los medios británicos, tuvieron muchos altibajos en su relación, pues se rumoreó en su momento que la princesa no era del agrado de gran parte de la monarquía, pese a ser una personalidad muy querida por los ciudadanos.

Ese mal ambiente avivó las sospechas por parte de muchas personas alrededor del mundo luego de la abrupta muerte de la princesa Diana en París, tras intentar escapar de unos paparazzis por las autopistas de la capital francesa.

No obstante, uno de los episodios más oscuros y uno de los que menos se habla es el de la misteriosa desaparición de un niño de origen indio llamado Vishal Mehrorta, justo el día de la boda de Carlos y Diana, en 1981.

Lo que el viento se llevó

El 29 de julio de 1981, Vishal, de ocho años, junto con su hermana Mamta, de siete, acompañaron a su padre al trabajo, quien era un abogado que tenía su oficina en un edificio cercano a Fleet Street, calle que comunica al centro financiero de Londres con la ciudad de Westminster.

Ese día, el entonces príncipe Carlos y la princesa Diana iban a contraer nupcias, lo cual fue la excusa perfecta para muchos londinenses de festejar el amor de la nueva pareja real.

Desde la ventana de la oficina de su padre, el pequeño Vishal podía contemplar, en una posición más que privilegiada, como un carruaje de cristal transportaba a la novia para el lugar donde iba a cerrar su boda. Dos horas después, la niñera de los Mehrorta fue a la oficina para recoger a los niños para llevarlos a casa.

Ya en su hogar, acompañaron a la niñera a comprar dulces en una confitería. Ambos niños se estaban quejando de un dolor en la garganta, por lo que la niñera fue con ambos rumbo a una farmacia para comprar medicina.

En el camino, el niño le pidió permiso a su cuidadora para que lo dejara ir solo a casa. La niñera aceptó a regañadientes; por lo que luego de ayudarlo a cruzar la calle, lo dejó irse mientras ella iba con su hermana a comprar el remedio, según el diario local ‘The Sun’.

Ambas volvieron a casa cerca de las 3:00 p. m., y el padre de los niños había regresado a casa, pero Vishal no apareció. La niñera asumió que el niño había salido a jugar, por lo que decidió dormir una siesta con Mamta hasta las 4:30 p. m.

Cuando la niñera se despertó, se dio cuenta de que el niño todavía no estaba en casa, por lo que le explicó la situación a su jefe. Ambos, sumamente preocupados, comenzaron a preguntar a sus vecinos, puerta por puerta, si lo habían visto, teniendo respuestas negativas, por lo que, como último recurso, llamaron a la Policía.

La investigación se centró, principalmente, en inmediaciones del río Támesis, sin encontrar respuestas satisfactorias, por lo que se planteó la hipótesis de que el niño había sido secuestrado por una pandilla.

La escena del horror

El 25 de febrero de 1982, siete meses después, dos hombres residentes de Alder Copse, quienes se encontraban cazando palomas, encontraron un cráneo, siete costillas y una sección de vértebras en un pantano, haciendo que, de forma inmediata, llamaran a las autoridades.

La Policía, tras llegar al lugar de los hechos, excavó en el pantano, encontrando más huesos humanos, pero nada de ropa. Estos fueron llevados a Londres para hacer las pertinentes investigaciones forenses, las cuales pudieron esclarecer que los huesos le pertenecían a Vishal, de acuerdo con el periódico británico ‘The Herald’.

Las hipótesis

La Policía, a lo largo de 40 años, sugiere que Vishal fue víctima de Sidney Cooke, un depredador infantil británico, quien fue líder de una banda de pedófilos llamada Dirty Dozen.

Dicha pandilla habría sido responsable de la muerte de otros tres niños de edades similares en Londres durante la década de los ochenta, quienes fueron secuestrados a plena luz del día para luego dejar sus cuerpos abandonados, casi a la intemperie; no obstante, la culpabilidad de Cooke no pudo ser probada.

En los últimos años, se pudieron encontrar vínculos que lo señalaría con el asesinato de Vishal, así como de Jason Swift, de 14 años, en 1985. Esto fue comprobado por un documental de investigación llamado ‘Testigo silencioso’.

Dicho programa señala que las víctimas fueron asesinadas bajo el mismo modus operandi relacionado con los Dirty Dozen. Más adelante, también comprobaron que Cooke había escrito en su diario personal la palabra ‘Goodwood’ el día de la boda real. Dicho escrito hace referencia al nombre del pueblo cercano a Londres, en el que estuvo el día de la desaparición de Vishal.

“Espero que hayamos hecho lo suficiente para demostrarle a la policía de Sussex que deben considerar a Sidney Cooke como el principal sospechoso en el caso”, dijo el criminólogo David Wilson en el documental.

Sin embargo, no se le aplicó una condena a Cooke, pues el sospechoso, quien tiene 95 años de edad en la actualidad, se encuentra pagando dos cadenas perpetuas desde 1999.