MEXICO. Los mexicanos eligieron por primera vez a un candidato independiente para gobernar un estado, visto por algunos como una protesta contra los partidos políticos, mientras que el partido gobernante tiene ventaja en el Congreso, lo que envía mensajes contradictorios tras las elecciones intermedias del domingo.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Enrique Peña Nieto, y dos grupos aliados tienen 40% de los votos de acuerdo con resultados preliminares con 81% de los sufragios contados. Sin embargo, este resultado sería suficiente para mantener su estrecha mayoría en el Congreso.

"El PRI sí pierde, pero no tanto", dijo Jesús Cantú, analista político y director de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.

Relacionadas

En una elección en la que hubo esporádicos hechos de violencia, el independiente Jaime Rodríguez, conocido como "El Bronco", ganó la elección para gobernador del estado norteño de Nuevo León, fronterizo con Texas, derrotando al PRI en un estado clave que incluye el corazón industrial de la ciudad de Monterrey. Su popularidad es vista como una protesta contra el sistema de partidos políticos.

"Pienso que en todo el país, esto le ayudará a los partidos políticos a renovarse y transformarse para que puedan ser mejores", dijo Rodríguez al agregar que les dará "seis años de vacaciones" en referencia al tiempo que se mantendrá en el cargo.

Agregó que su primera acción como gobernador será atacar la corrupción: "Debemos investigar a todo el gobierno anterior".

En estas elecciones por primera vez se permitió la participación de candidatos independientes, gracias a la reforma electoral aprobada el año pasado.

"El Bronco", a quien le gusta montar a caballo, calzar botas y hablar de forma áspera, se ganó ese apodo después de sobrevivir a dos intentos de asesinato cuando era alcalde de un suburbio de Monterrey. Él dice que los atentados fueron de un cártel del narcotráfico.

"Es clarísimo que es el hartazgo de los ciudadanos con los partidos políticos tradicionales", dijo Cantú sobre alguno de los elementos que estarían detrás del triunfo del candidato independiente.

Las elecciones del domingo se desarrollaron en medio de un amplio descontento con los políticos en México, donde los escándalos de corrupción, una economía estancada, preocupación por los derechos humanos, la desaparición de 43 estudiantes del magisterio y presuntos asesinatos cometidos por el ejército han manchado la imagen de Peña Nieto y alimentado las protestas contra el gobierno.

El gran perdedor fue el Partido de la Revolución Democrática, el principal partido de izquierda casi 25 años. Ganó menos de 11% de los votos porque el candidato que casi lo lleva a la presidencia dos veces, Andrés Manuel López Obrador, formó una nueva agrupación -llamada Morena- y le arrebató millones de partidarios al PRD.

Mientras, el famoso exfutbolista Cuauhtémoc Blanco al parecer ganó la alcaldía de Cuernavaca, en el sureño estado de Morelos, apenas a unos meses de retirarse de las canchas.

Los mexicanos votaron para elegir a 500 escaños de la Cámara de Diputados, gobierno en nueve de los 31 estados del país, además de cientos de alcaldes y legisladores locales. Más de 83 millones de electores estaban convocados, aunque la autoridad electoral informó que la participación fue de entre 47.25% y 48.51%.

Estas elecciones suelen atraer poca atención, pero en esta ocasión ha sido distinto por llamados a boicotear, diversos hechos de violencia previos y el descontento social hacia los políticos. Miles de policías y soldados custodiaron los centros de votación.

En el suroeste de México hubo la quema de material electoral y protestas, aunque en el resto de país las votaciones transcurrieron con relativa normalidad.

El presidente Peña Nieto dijo en un mensaje en cadena nacional tras el cierre de las urnas que pese a intentos de "desanimar a la población", varios millones salieron a votar en lo que calificó de un llamado para "rechazar la violencia y la intolerancia" en el país.

El gobierno federal realizó un gran despliegue del ejército, la marina y la policía federal sobre todo en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, y realizó patrullajes tanto aéreos como terrestres en las zonas más conflictivas.