Egipcios buscan olvidar y celebrar un Ramadán “sin miedo” al COVID-19
Este Ramadán, las autoridades egipcias han sido más laxas con las medidas contra el coronavirus respecto al año pasado.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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El Cairo. En las calles ornamentadas del barrio islámico de El Cairo, ríos de personas se agolpan para los últimos preparativos para el mes sagrado de Ramadán, que arranca hoy, pero sin ningún temor al coronavirus pese al repunte de casos que se vive en las últimas semanas en el país de los faraones.
En el mercado del barrio de Al Moski, la gente con mascarilla se cuenta con los dedos de la mano mientras la mayoría se empuja para pasar por sus callejones repletos de tiendas para comprar ropa y comida de cara al mes sagrado para los musulmanes.
Este año “la gente disfruta de su vida porque hay celebraciones”, dice a Efe Asma Aser, una joven de 27 años que espera en la acera a su hermana que está intentando comprar en el mercado.
Este Ramadán, las autoridades egipcias han sido más laxas con las medidas contra la Covid-19 respecto al año pasado, sin imponer un toque de queda o suspender el “Tarawih”, un largo rezo nocturno que se realiza después de romper el ayuno al atardecer con recitaciones del Corán, aunque oficialmente sólo podrá durar media hora.
SIN MIEDO AL CORONAVIRUS
“La gente no tiene miedo del coronavirus; es el coronavirus quien tiene miedo de nosotros”, subraya a Efe Mai Gamal, de 34 años, que está comprando en una colorida tienda llena de condimentos todo lo necesario para los primeros “iftar” y “suhur”, las principales comidas que se toman justo al caer el sol y antes de que vuelva a salir.
Gamal, que tiene un negocio en línea, está muy contenta de poder salir a la calle de compras este año con su familia y colocar los adornos típicos de Ramadán en su casa, al contrario que el año pasado, cuando se encerró en su hogar durante el mes sagrado preocupada por la propagación del coronavirus.
Sin embargo, en las pasadas semanas Egipto vive un repunte de los contagios, con los números oficiales que registran más de 800 infecciones diarias esta semana, una cifra que no se veía desde principios de año y que autoridades y ciudadanos coinciden en que es sólo un indicador de los casos reales en todo el país de más de 100 millones de habitantes.
Desde el Gobierno han llamado a la prudencia durante estas fechas señaladas, en las que son tradición las reuniones familiares y salidas sociales por la noche, por lo que se espera que la incidencia vaya en aumento a medida que transcurra el mes sagrado para los musulmanes.
Además, el ritmo de vacunación es muy lento en Egipto, con menos de 300,000 dosis administradas hasta el momento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pese a que comenzara la campaña a finales del pasado mes de enero.
OLVIDAR EL RAMADÁN DE 2020
En las calles aledañas al mercado de Al Moski está el conocido zoco de Jan al Jalili, donde las tiendas están vacías y se atisban sólo unos pocos turistas paseando por sus laberínticos pasadizos, pero los dueños de los tradicionales restaurantes esperan con ansia este mes especial y ya han experimentado un aumento de la reservas.
En el famoso restaurante Al Dahan, situado a la entrada del zoco, Radi Ismael, supervisor de los camareros, indica a Efe que “la costumbre es que la gente venga para romper el ayuno en Ramadán” y precisó que ya empieza a recibir reservas para el mes sagrado “de gente que quiere asegurarse una mesa vacía”.
Esta zona turística es también muy popular entre los egipcios en los noches de Ramadán e Ismael, de 48 años, asegura que este año quiere olvidar la experiencia del año pasado, cuando el mes sagrado musulmán fue unos dos meses después del inicio de la pandemia.
“El año pasado no hubo trabajo y todos los trabajadores se quedaron tres meses en sus casas”, afirma, coincidiendo con los meses en los que se aplicaron las medidas más estrictas en Egipto, con un temprano toque de queda y cierre de tiendas no esenciales, aunque a partir del mes de julio regresó la actividad casi a la normalidad y durante la segunda ola apenas se aplicaron restricciones.
Momen Jalaf, dueño de una tienda de ropa en el mercado de Al Moski, asegura a Efe que debido a esas medidas preventivas “no hubo ventas, pero este año es mejor que el anterior”.
“La situación cambió de forma considerable este año, la gente está más tranquila a pesar de que hay medidas preventivas”, en referencia al horario de cierre de negocios, que la próxima semana se ampliará hasta las 23.00 horas, mientras que las cafeterías y restaurantes tendrán que cerrar a la 01.00 horas.
Habitualmente, los egipcios pasaban las noches de Ramadán en la calle, hasta la hora de tomar el “suhur”, antes del alba, pero a pesar de algunas limitaciones “la gente está más contenta ahora y disfruta del ambiente de Ramadán sin problema”, según Jalaf.