Los apagones programados por racionamientos de electricidad seguirán la próxima semana en Ecuador, ya que las lluvias caídas en las últimas horas no son suficientes para revertir la crisis energética que atraviesa el país por una grave sequía en las zonas de sus principales centrales hidroeléctricas.

Así lo anunció este viernes en una rueda de prensa el ministro de Energía y Minas, Antonio Gonçalves, quien indicó que durante la próxima semana habrá cortes de electricidad de hasta diez horas en algunas zonas, pero que en promedio rondarán a nivel nacional las ocho horas y media cada día.

Gonçalves indicó que los horarios de los apagones programados no son exactos y que dentro de las franjas horarias indicadas la suspensión del servicio puede llegar a ser de menos horas de las previstas, en función de la producción de electricidad en ese momento.

En ese sentido, resaltó que durante esta semana ha habido suspensiones en algunas zonas únicamente de una o dos horas cuando en principio se había programado que fueran cuatro horas consecutivas.

El titular de la cartera de Energía y Minas señaló que gracias a estos esfuerzos se ha conseguido estabilizar el nivel del embalse de Mazar, el segundo más grande del país, con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos de agua, que alimenta a un complejo de tres centrales hidroeléctricas con una potencia en conjunto de 1,700 megavatios.

Este complejo en condiciones normales abastece al 38 % aproximadamente de la demanda nacional de electricidad, pero la larga sequía lo ha dejado incluso inoperativo algunos días, a la espera de que las lluvias puedan ir incrementando su reserva.

Gonçalves explicó que actualmente a Mazar están entrando entre 15 y 20 metros cúbicos de agua por segundo, cuando lo habitual en años anteriores por estas fechas sería que recibiese entre 135 y 150 metros cúbicos por segundo.

El ministro también destacó que los cortes de electricidad de los últimos días han podido ser menores gracias a que las lluvias caídas en las últimas horas en la Amazonía han permitido mejorar la producción de Coca Codo Sinclair, la central hidroeléctrica más grande del país con 1.500 megavatios de potencia, que no cuenta con embalse, por lo que se alimenta directamente del caudal de agua que fluye por el río Coca.

Preguntado por si esta crisis está relacionada directamente con el cambio climático, Gonçalves señaló que se debe principalmente a que el 72 % de la matriz de generación eléctrica de Ecuador depende del agua, “que es un factor que sí está afectado por el cambio climático”.

Así, hizo una analogía con tener una batería de un teléfono móvil donde no se pueda disponer a pleno rendimiento de ese 72 %, por lo que “se te prende en amarillo” en señal de que tiene poca energía almacenada.

“Cambiar la matriz energética no es fácil ni rápido”, advirtió Gonçalves, para quien se trata de un proceso que puede tomar al menos cinco años.

Cuestionado por el repentino descenso de generación que tuvo un día de esta semana la planta eléctrica flotante alquilada a la empresa turca Karpowership, Gonçalves explicó que se debió a un problema con el abastecimiento de combustible de la empresa que ya pudo ser solventado, y recordó que este tipo de contingencias están sujetas a multas.