Algunas líneas de cruceros esperan hacerse a la mar en los próximos meses, pero con las imágenes aún frescas de buques arrasados por el coronavirus, el sector enfrenta aguas muy agitadas, posiblemente durante varios años.

La rama global de cruceros preveía 32 millones de pasajeros e ingresos por 71,000 millones de dólares este año. Estas cifras se reducirán en al menos el 50% este año, según la consultora Euromonitor International.

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El sector tardó tres años en recuperarse de la recesión de 2009, pero esta vez le tomará más tiempo, dijo Alex Jarman, analista de Euromonitor. “A diferencia de la caída anterior, la pandemia pone en tela de juicio la seguridad en los cruceros”, dijo Jarman.

Los cruceros dejaron de navegar a mediados de marzo después de varios brotes en alta mar que tuvieron gran repercusión. Más de 600 personas se enfermaron en el Diamond Princess de Carnival Corp. cuando estaba en cuarentena frente a la costa de Japón y 14 de ellos murieron. Es sólo un ejemplo.

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Desde que dejaron de navegar, Carnival, Royal Caribbean International y Norwegian Cruise Line —que controlan el 75% del mercado— han licenciado a miles de empleados y han obtenido préstamos bancarios de miles de millones de dólares para poder seguir a flote. No pudieron obtener los préstamos del gobierno estadounidense porque están incorporadas en otros países.

Norwegian advirtió que podría caer en quiebra a principios de mayo, pero pudo recaudar 2.200 millones de dólares mediante préstamos y la venta de acciones. Con esto dice que puede soportar hasta 18 meses de cierre. Los operadores menores podrían tener más problemas. Virgin Voyages, una línea nueva del Virgin Group de Richard Branson, ha aplazado dos veces su crucero inaugural.

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Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) han prohibido los cruceros en aguas estadounidenses hasta el 24 de julio. Los operadores en Europa y Asia podrían zarpar antes: algunos cruceros por ríos de Alemania lo hicieron la semana pasada, pero la mayoría de las empresas están aprovechando el tiempo para ajustar planes, modernizar buques y estudiar cómo reanudar actividades con seguridad.