Desgarradora imagen de padre que se niega a soltar mano de su hija muerta bajo escombros en Turquía
La foto conmueve al mundo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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El mundo sigue conmocionado por la devastación en Turquía y Siria luego de los potentes terremotos que se registraron este lunes en su frontera y cuyo saldo ya asciende a 16,000 muertos en ambos países.
En medio de esta tragedia, que ya es catalogada como uno de los terremotos más letales de este siglo, se han conocido toda suerte de testimonios de víctimas y sobrevivientes. La más reciente es la desgarradora fotografía de un padre que se niega a soltar la mano de su hija de 15 años fallecida bajo los escombros en una ciudad turca.
Değremde ölen kızı Irmak’ın elini hiç bırakmadı pic.twitter.com/ixjvSB7u6g
— Adem Altan (@AdemAltan3) February 8, 2023
Se trata de Mesut Hancer. Su historia la dio a conocer la agencia de noticias AFP. En la fotografía, el hombre, con la mirada perdida, agarra la mano de Irmak, su hija de 15 años, quien permanece inerte entre dos losas de hormigón.
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Vestido con un abrigo naranja con franjas reflectantes, Mesut aparece sentado sobre los escombros sosteniendo la mano sin vida de su hija, que sobresale de debajo del enorme bloque de hormigón que se derrumbó sobre su cama mientras ella dormía.
La dolorosa escena fue capturada por el fotógrafo de la AFP Adem Altan en la ciudad turca de Kahramanmaras, donde la pena y la rabia se mezclan por la falta de ayuda a las víctimas del terremoto. Esa ciudad, epicentro del primer sismo devastador (7.8) que sacudió el lunes el sur y el sureste de Turquía, es solo ruina y desolación.
“Nunca dejó la mano de su hija Irmak, quien murió en Değem”, escribió Altan en su cuenta de Twitter.
Sam Jones, periodista de The Guardian también presente en el lugar, contó que el ruido de un mazo, usado por un hombre para hacerse camino entre los escombros, se escuchaba en el lugar donde estaba Hancer e Irmak. Pero el padre, aun cuando había pasado ya un día después del terremoto, permanecía ahí, al lado del cuerpo sin vida de su hija, quizá consciente de que será la última vez que sostenga su mano.
Y es que este martes todavía no habían llegado ni ayuda ni suministros a Kahramanmaras, una ciudad de más de un millón de habitantes, situada en el sur de la región de Capadocia. Allí, como registran las agencias internacionales de noticias, se acumulan la frustración y resentimiento hacia el Estado ausente.
Los equipos de rescate en Turquía y Siria siguen rescatando este miércoles a contrarreloj a supervivientes atrapados en los escombros. Durante dos días y dos noches desde el sismo trabajaron en temperaturas gélidas para encontrar a sobrevivientes bajo los edificios derrumbados a ambos lados de la frontera.
El responsable de la Media Luna Roja turca, Kerem Kinik, advirtió que las primeras 72 horas eran críticas en las labores de rescate, pero señaló que estas se veían entorpecidas por las “severas condiciones meteorológicas”.