Ciudad del Vaticano. El Vaticano y la Diócesis Católica de Hong Kong han sido hackeados por agentes vinculados al oficialismo chino antes de negociaciones sobre la reanudación de un acuerdo sobre las relaciones entre China y el Vaticano, denunció un grupo de monitoreo.

El presunto hackeo fue protagonizado por un grupo llamado RedDelta y comenzó en mayo con miras a las negociaciones en septiembre sobre el acuerdo provisional sobre la designación de obispos, dice un reporte difundido el martes por Recorded Future, un grupo basado en Estados Unidos que monitorea ciberataques de entidades estatales. El hackeo fue reportado inicialmente por el New York Times.

El Vaticano declinó formular comentarios al respecto. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China negó estar involucrado, calificando el informe de “especulación infundada”.

Recorded Future aseguró que también fueron hackeados la Misión de Hong Kong para Relaciones con China —un importante organismo vinculante entre la Santa Sede y el gobierno de Beijing— y el Instituto Pontificio de Misiones Extranjeras.

“La presunta intrusión en los datos del Vaticano le daría a RedDelta una idea de la posición negociadora de la Santa Sede antes de la renovación del acuerdo”, dice el documento, y añade que además China podría obtener “valiosa inteligencia” sobre las posturas de las entidades católicas de Hong Kong hacia las protestas allí.

Los ataques continuaron hasta por lo menos el 21 de julio. Incluyeron un aparente intento de “phishing” con un documento con el sello oficial de la Secretaría de Estado del Vaticano dirigido al director de la Misión de Hong Kong para Relaciones con China.

Los 12 millones de católicos de China están divididos entre los fieles a la oficialista Asociación Patriótica Católica de China, independiente al mandato del papa, y los fieles al Vaticano, que funcionan en la clandestinidad. Los párrocos y sacerdotes de la iglesia clandestina con frecuencia son detenidos u hostigados por el gobierno.

El Vaticano y el gobierno chino llegaron a un acuerdo en el 2018 sobre designaciones de obispos para unir a la grey, normalizar el status de siete obispos que no eran reconocidos por Roma y reducir décadas de frías relaciones entre China y el Vaticano.