LA HABANA. Cientos de cubanos se agolparon en la tarde del jueves para subir a la fragata rusa “Gorshkov”, parte de la flota de guerra de la nación euroasiática, que atracó en la isla en la víspera, luego de realizar maniobras militares en el Atlántico seguida, de cerca por Estados Unidos.

Las autoridades cubanas y rusas permitieron el acceso de los ciudadanos a esta nave insignia que llegó acompañada del submarino de propulsión nuclear “Kazan” y dos buques logísticas, el petrolero “Pashin” y el remolcador de salvamento “Nikolai Chiker”.

“Siempre he sido amante de todas estas cosas, me gustan los desfiles militares y (estar al tanto) de estos acontecimientos”, dijo a The Associated Press, el pescador Antonio Navea de 64 años, quien hizo la larga fila que iba por la Avenida del Puerto a la Terminal de Cruceros, el lugar a donde se encuentran atracados las cuatro embarcaciones.

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“No solo viene barcos rusos, vienen de Canadá, España y México”, agregó Navea.

La cola se mantuvo nutrida durante las cuatro horas que se dispuso para subir bordo de la fragata; al submarino, ubicado unos metros más allá, no se permitió el acceso.

Niños, mujeres y hombres de todas las edades esperaron su turno para entrar e hicieron la revisión de seguridad previa al ingreso, para esta se usaron arcos de rayos X. Las autoridades indicaron que el acceso se volverá a abrir para visitas el sábado.

La posibilidad de subir a los barcos escuelas o militares de diferentes nacionalidades es bastante usual entre los que llegan a la Bahía de La Habana y cuyo puerto está completamente integrado a la ciudad. El gobierno informó la semana pasada, por ejemplo, que el viernes próximo arribará un buque de la Armada Real de Canadá.

En cuanto a la flota rusa, atracó ayer, 12 de junio tras realizar en el océano Atlántico ejercicios de simulación de ataques con misiles contra otros buques y objetivos situados incluso a más de 600 kilómetros, informó el Ministerio de Defensa Ruso.

Funcionarios estadounidenses restaron peligrosidad a la visita, pero dijeron que seguirían de cerca cada uno de los movimientos de las naves militares rusas. El miércoles, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, destacó que no es la primera vez que naves rusas se acercan al área del Caribe e incluso indicó que no esperan ninguna transferencia de misiles o tecnología del país euroasiático a Cuba, un fuerte aliado de Moscú en el América Latina.

La misma percepción tuvieron los visitantes del barco, incluso los turistas.

“Creo que es una visita, no creo que sea una amenaza”, dijo a la AP Shtefany Pérez, una visitante estadounidense de 47 años residente en Nuevo México, que se asomaba a la Avenida del Puerto para observar las naves. “Para mi es muy interesante ver esto”.

Cuba y Rusia comparten una alianza económica e ideológica y ambos países están sancionados por Estados Unidos, medida que afecta duramente a la pequeña isla.

Precisamente la llegada de los barcos el miércoles coincidió con una visita del canciller Bruno Rodríguez a Moscú a donde se reunió con altos funcionarios.