Cuba acabará con el subsidio a la canasta básica
El gobierno cubano anunció un nuevo plan económico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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El Gobierno cubano anunció este miércoles un plan de choque económico para 2024 con subidas en el precio de los combustibles, la electricidad, el agua y otros servicios, así como el fin del subsidio universal a la canasta de alimentos básicos.
El primer ministro cubano, Manuel Marrero, avanzó este plan al intervenir en la primera jornada de la segunda sesión ordinaria de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), durante el debate sobre la situación económica.
Marrero argumentó, con respecto a la canasta básica, que el objetivo es pasar a “subsidiar a personas y no a productos” para lograr “un esquema más justo y eficiente” y reconociendo tácitamente el incremento de las desigualdades sociales y económicas en el país socialista.
“No es justo que reciban lo mismo los que mucho tienen que los que muy poco tienen. Hoy nosotros le subsidiamos lo mismo a un ancianito pensionado que al dueño de grandes negocios privados que tiene mucho dinero”, argumentó.
Así, prosiguió, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social deberá identificar a las personas por su grado de “vulnerabilidad”, para “no dejar a nadie desamparado”, quienes podrán seguir adquiriendo productos básicos muy subsidiados con la cartilla de racionamiento.
Marrero subrayó que esta clasificación se realizará en “las próximas semanas y meses”, sin más detalles.
El jefe del Gobierno cubano aseguró además que, dada la situación, el Estado no puede seguir con el “derroche” en ciertos subsidios, como en el agua, la electricidad, el gas licuado, el transporte y los combustibles.
Entre estos aumentos destaca la subida del 25 % en la tarifa eléctrica al 6 % del sector residencial que más consume o el paso a cobrar los combustibles a los turistas en divisa. El costo del abastecimiento de agua se triplicará para quienes no tienen servicio cronometrado y repuntará un 25 % el precio del cilindro de gas licuado.
Marrero anunció además que “aplicarán nuevas tarifas” a los servicios de transportación de pasajeros, pero sin detallar cuánto.
El primer ministro adelantó además que el año que viene el Gobierno cambiará la tasa oficial del cambio del peso (cup) con respecto al dólar, para lo que se ha creado un grupo de trabajo con el Banco Central del Cuba.
Desde 2021 el tipo de cambio oficial se mantiene en 24 cup por billete verde para las personas jurídicas (empresas) y en los 120 cup para las personas físicas. En el mercado informal, por su parte, el dólar se ha disparado hasta los 273 cup.
Plantilla estatal
El primer ministro dejó asimismo abierta la puerta a una “revisión” de la cantidad de personas que actualmente forma parte de la nómina estatal, en referencia a posibles recortes para reducir la masa salarial.
Marrero señaló que las autoridades deberán “revisar las estructuras y plantillas estatales” para garantizar una “gestión eficiente” y adelantó que “hay un grupo que está estudiando una ley de organización de la administración central del Estado”.
En los últimos días han trascendido varios datos macroeconómicos en los preparativos para la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional y la mayoría apuntan a una tendencia negativa de la economía cubana.
El Gobierno cubano estima ahora que el producto interno bruto (PIB) se contraerá este 2023 entre un 1 % y un 2 %, tras haber pronosticado un crecimiento del 3 % a principios de año.
La inflación en el mercado formal se estima que cierre el ejercicio en el entorno del 30 % (la del informal es muy superior) y el déficit se va a elevar hasta alrededor del 15 % del PIB, después de que el Ejecutivo reconociese un desvío del 44 % con respecto a lo presupuestado.
Por su parte, el número de turistas que visitaron la isla apenas superó los 2 millones de personas, frente a los 3.5 calculados por el Gobierno cubano a principios de año. Para 2024 se prevén 3 millones, una cifra aún lejos de los entre 4 y 5 millones que viajaban anualmente a la isla antes de la pandemia.
Cuba se encuentra sumida en una grave crisis desde hace tres años con escasez de productos básicos (alimentos, combustible y medicinas), inflación galopante, apagones frecuentes y la dolarización parcial de la economía, lo que ha espoleado una migración sin precedentes y el descontento social.