Croacia investiga posible corrupción detrás de los derrumbes de casas por terremoto
La investigación se inició después de que ingenieros y arquitectos denunciasen construcciones con materiales defectuosos o que no siguieron el diseño previsto.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Zagreb. La Fiscalía croata contra la corrupción y la criminalidad organizada investiga posible negligencia y corrupción en la construcción de edificios que se derrumbaron con facilidad durante el terremoto de 6.2 grados que causó siete muertos hace una semana.
El seísmo del 29 de diciembre, con epicentro en la ciudad de Petrinja, en Croacia central, además de ocasionar siete muertos y 26 heridos, destruyó o dañó miles de casas.
Muchas de esas viviendas se habían reconstruido entre 1995 y 2000, después de la guerra (1991-1995) en la que Croacia se independizó de la antigua Yugoslavia.
La investigación se inició después de que ingenieros y arquitectos denunciasen construcciones con materiales defectuosos o que no siguieron el diseño previsto para ahorrar costes.
Después de la guerra, en Croacia central, la región afectada por el reciente seísmo, se renovaron hasta 2000 más de 156,000 casas dañadas por el conflicto, en una gran operación pagada con fondos públicos en la que participaron unas 150 compañías.
El primer ministro, el conservador Andrej Plenkovic, respaldó que era “necesario investigar cómo y por qué sucedió eso, quién hizo el trabajo, quién supervisó y quién emitió los certificados finales de ocupación”.
El escándalo ocupa este martes las portadas de los diarios del país, con testimonios sobre las irregularidades en la reconstrucción de posguerra.
Algunos de los miles de afectados que han perdido sus hogares denunciaron la facilidad con la que se desplomaron los edificios, con materiales deficientes, estructuras y cimientos poco sólidos.
“NI UN SOLO PEDAZO DE HIERRO”
“Los cimientos no estaban bien hechos. Se descomponen ya solo al tocarlos uno con la mano. La gente fue engañada. Se trataba de un saqueo, no de reconstrucción”, aseguró uno de los afectados al diario “Jutarnji list”.
“Al reconstruir mi casa no pusieron un solo pedazo de hierro. Protesté, pero no valió. Fui refugiado de guerra durante siete años y al final acepté, qué iba a hacer, estaba feliz de regresar a mi hogar”, explicó otro de los que ha perdido su casa con el temblor.
Según aseguró el arquitecto Otto Baric al semanario “Nacional”, las compañías que reconstruían edificios sin afianzarlos con una estructura metálica ganaban unos 13,000 euros por cada casa de 100 metros cuadrados.