Corte rusa condena a Alexei Navalny a 9 años de cárcel por fraude
El dirigente opositor cumple una condena por alegada malversación de fondos, lo que este cataloga como acusaciones falsas motivadas por razones políticas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Una corte rusa halló al dirigente opositor Alexei Navalny culpable de fraude y desacato y lo condenó a nueve años en una prisión de máxima seguridad el martes, tras un juicio que según detractores del Kremlin tuvo por objeto mantener al adversario más encarnizado del presidente Vladimir Putin, en prisión durante un largo período.
El juez también condenó a Navalny a pagar una multa de 1.2 millones de rublos (11.500 dólares). Navalny puede apelar el fallo.
Navalny está purgando una condena de dos años y medio en una colonia penal al este de Moscú. Se le acusa de malversar fondos recaudados por él y su fundación durante años y de insultar a un juez durante un juicio anterior.
Relacionadas
El político ha dicho que los cargos son falsos, motivados por razones políticas. El fiscal había pedido una pena de 13 años además de la multa.
El juicio, que duró un mes, tuvo lugar en un tribunal improvisado dentro de la colonia penal a horas de Moscú donde Navalny purga una pena por violación de las condiciones de su libertad condicional. Sus partidarios dicen que se trasladó el proceso desde una sala en Moscú para limitar el acceso a los medios y sus partidarios.
Navalny, de 45 años, compareció con ropa de presidiario y pronunció varios alegatos durante el juicio en los que rechazó los cargos.
El dirigente fue arrestado en enero de 2021 al regresar de Alemania, donde pasó cinco meses de convalecencia de un envenenamiento que atribuyó al Kremlin, acusación que el gobierno rechaza enérgicamente. Poco después de su arresto, una corte lo condenó a dos años y medio de prisión por violar las condiciones de libertad condicional tras una condena por fraude en 2014 que Navalny insiste obedece a fines políticos.
Después de encarcelarlo, las autoridades lanzaron una amplia ola represiva contra sus seguidores. Sus aliados más estrechos, acusados de cargos criminales, se encuentran en el exilio. Su Fundación para la Lucha contra la Corrupción y una red de casi 40 oficinas regionales fueron proscritas por extremistas, lo que significa que cualquier persona asociada con ellas puede ser acusada penalmente.
El mes pasado, las autoridades incluyeron a Navalny y varios de sus seguidores en un registro estatal de extremistas y terroristas.