Coronavirus golpea a los más pobres en India y Pakistán
India reportó 9,304 casos en las últimas 24 horas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Naciones Unidas y el Movimiento Internacional de Cruz Roja y la Media Luna Roja instaron el jueves a los gobiernos y otros actores a unirse en el desarrollo de una “vacuna popular” para proteger a todo el mundo contra el coronavirus.
La petición precedía a una cumbre sobre vacunas en Londres organizada por la Alianza Global de Vacunas, que aspira a movilizar miles de millones de dólares de financiamiento para una vacuna contra el COVID-19.
La “vacuna popular” debe proteger a los ricos, los pobres, los viejos y los jóvenes, según un comunicado de Naciones Unidas y el Movimiento Internacional de Cruz Roja y la Media Luna Roja. Eso es un “imperativo moral que nos aúna en nuestra humanidad compartida”.
La pandemia, señalaron, también está aumentando los riesgos de otras enfermedades porque afecta a los programas pediátricos de inmunización, dejando al menos a 80 millones de niños menores de un año en riesgo de sufrir enfermedades como sarampión, difteria y polio.
La necesidad urgente de encontrar una forma de combatir los brotes era evidente en India, que el jueves batió otro récord de nuevas infecciones con 9,304 casos nuevos y 260 muertes en un día.
La cifra de fallecidos por COVID-19 en India superó los 6,000 y el de infectados era de casi 217,000, según el Ministerio de Salud. Eso convertía a India en el séptimo país más afectado por la pandemia.
La vecina Pakistán reportó más de 4,000 casos nuevos y 82 muertos más, sumando 1,770 fallecidos. El jueves había hasta 901 pacientes graves de COVID-19 en los hospitales paquistaníes.
El aumento de las infecciones llegó unas semanas después de que el primer ministro, Imran Khan, ignorase las advertencias de los expertos y levantase las cuarentenas. Las autoridades han culpado a la población por no seguir las normas de distanciamiento social.
Mientras países como Nueva Zelanda y Australia hacían avances en la contención de la pandemia y trabajaban en planes para reanudar algunos vuelos internacionales, otros tuvieron que redoblar las precauciones.
Macedonia del Norte reintrodujo estrictos límites a los desplazamientos en su capital, Skopje, y otras tres zonas tras confirmar 101 nuevos casos el jueves.
En Estados Unidos, donde una oleada de protestas aumentaba las preocupaciones sobre nuevos focos de contagio, los casos han ido creciendo apenas unas semanas después de que se permitiera reabrir a muchos negocios.
Para el jueves se habían reportado más de 6.5 millones de infectados en todo el mundo y más de 386.000 habían fallecido, según datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins. Se cree que la cifra real de infecciones es mucho más alta, debido a las limitaciones para hacer pruebas diagnósticas y a que muchos casos son asintomáticos.
Pero tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, los más afectados son los más pobres y vulnerables, señaló en un mensaje en video el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Millones de personas que están en tránsito, incluidos los que se han visto obligados a dejar sus hogares por violencia o desastres naturales, al igual que los migrantes, “afrontan tres crisis en una”, señaló.
Se trata de una crisis de salud en condiciones en las que el distanciamiento social es “un lujo imposible” y en la que a menudo resulta difícil conseguir atención médica, agua e instalaciones de saneamientos, y empeorada por la situación económica de los migrantes y por las restricciones al movimiento asociadas a la pandemia, explicó.
Además, el temor al virus ha provocado “un drástico aumento de la xenofobia, el racismo y la estigmatización”, y aumentado el riesgo de la violencia de género, señaló.
Guterres instó a los gobiernos a “eliminar barreras innecesarias” para la gente en tránsito y asegurar que tienen acceso a pruebas de COVID-19, tratamiento y vacunas, porque “nadie está a salvo hasta que todo el mundo está a salvo”.